Como Hamlet en su drama shakesperiano, Brian May (guitarra), Roger Taylor (batería) y John Deacon (bajo) tuvieron que enfrentarse a su destino tras la muerte de Freddie Mercury en noviembre de 1991. Cuatro años después, rescataban canciones olvidadas para editar Made in Heaven, el último disco de Queen con su voz original. En 1997, Deacon se retiraba del negocio de la música, mientras May y Taylor, fundadores del grupo, continuaban con sus proyectos en solitario.
Transcurridos diez años, y tras algunos escarceos con diversos cantantes -George Michael o Robbie Williams-, las canciones de Queen volvieron a sonar. Fue gracias a la voz de Paul Rodgers, otrora líder de Free y Bad Company. Return of the Champions fue el primer fruto de aquella unión. Ahora, el grupo presenta Cosmic Rocks, un álbum en el que vocalista, guitarrista y batería comparten las labores de composición y donde se atisba el camino que pueden seguir en el futuro.
Rápido, contundente y pegajoso, así suena el inicial “Cosmos Rockin’”, que bebe de las fuentes del rock británico de los 60 y los 70. “Time to Shine” y “Say It’s Not True” son grandilocuentes, casi orquestales, con arreglos que juegan con ambos canales de escucha para incrementar su carácter épico. La mezcla de blues y rock que tanto ha marcado a intérpretes como John Mayall o Jeff Beck florece en “Still Burnin’” o “Voodoo”. Sin embargo, algunas composiciones, como la balada acústica “Small” y “We Believe” bordean peligrosamente la cursilería. Afortunadamente, la crítica política de “Warboys” y “C-Lebrity” recuperan las guitarras con riffs y solos gruesos, la pegada de los redobles de batería y los coros agudos.
“Call Me” es un curioso divertimento vocal e instrumental, basado en las armonías y ritmos del rock primigenio. Por otra parte, el piano se convierte en la base musical de algunos medios tiempos, en el caso de “Some Things That Glitter” o “Through the Night”, que sólo remontan con las líneas interpretadas por Brian May. Nada que ver con la vitalidad de “Surf’s Up... School’s Out” que en su título recuerda, por partes iguales, a The Beach Boys y Alice Cooper.
Definitivamente, es inútil comparar las voces de Freddie Mercury y Paul Rodgers. También es baladí discutir sobre la presencia escénica de ambos cantantes. Así, los millones de seguidores de Queen vivirán más felices si piensan que ha nacido un nuevo grupo. Por suerte, tienen el consuelo de saber que su música sigue aferrada al rock and roll.