Los suecos Amon Amarth son ya una banda totalmente asentada dentro de la escena del Death/Viking metal sueco, como bien demuestra éste Twilight of the Thunder God, su ya séptimo álbum hasta la fecha. Si bien musicalmente se encuentran mas cerca del Death melódico sueco, con un sonido cercano a bandas como Hypocrisy o los primeros In Flames, también es cierto que tanto la temática como su propia iconografía les acercan de lleno al Viking metal de reconocidos grupos como Moonsorrow o Ensiferum.
El nivel de calidad en todos los ámbitos de éste nuevo trabajo se asemeja al de sus últimas obras With Oden On Our Side (2006) o Fate Of Norns (2004), prueba del buen estado compositivo de la banda, la cual ha llegado incluso a alcanzar una sorpresiva sexta posición en las listas alemanas. Twilight of the Thunder God es un álbum variado y más melódico musicalmente de lo que cabría esperar, por mucho que la extrema voz de Johan Hegg se empeñe en negarlo. Hay temas realmente cañeros como Where Is Your God?, probablemente la mas extrema del disco, el tema homónimo que le da título o No Fear For The Setting Sun, que serían buen ejemplo de ello, pero también hay cortes mas melódicos muy bien ejecutados que subrayan el carácter épico que impregna el redondo como Tattered Banners and Bloody Flags, con unos tímidos teclados intercalados, o las fantásticas Free Will Sacrifice y The Hero. Sin olvidar la inquietante y pesada Guardians Of Asgaard o uno de los mejores temas, Live For The Kill, épica, rápida y con un acertado y suave interludio de violines que termina fusionándose con el agresivo final de la canción. Como cierre, Embrace Of The Endless Ocean, con una extraña, aunque no por ello menos agresiva, melancolía, la cual termina el álbum en un tiempo ajustado y deja al oyente sin duda con un buen sabor de boca.
Twilight of the Thunder God no solo gustará a los seguidores de los suecos sino que también puede satisfacer a los amantes del Death melódico o del Viking metal e incluso de estilos adyacentes si se les da una oportunidad que, sin duda, merecen.