Tras revolucionar la música latina con su fusión de estilos, René “Residente” Pérez y Eduardo “Visitante” Cabra vuelven a incendiar el barrio con su tercer álbum.
Para disfrutar con el ritmo y el verbo de esta formación es necesario prescindir de los prejuicios. Sus dos primeros discos, Calle 13 (2005) y Residente o Visitante (2007), fueron sepultados por la ola del reggaetón. Sin embargo, su propuesta es mucho más inteligente, pues escapa del perreo sexualmente explícito, fálico y repetitivo. Además, el grupo sabe aprovechar todos los recursos sonoros a su alcance, con la inclusión de metales gitanos, programaciones electrónicas y tambores retumbantes.
Con una instrumentación sombría y fantasmagórica al estilo de Danny Elfman (compositor de bandas sonoras para Tim Burton, entre otros), “Crónica de un nacimiento” es el conjuro inicial que evoca a los espíritus rebeldes del dúo. Así, René y Eduardo dejan de ser dos habitantes del sector El Conquistador de Trujillo Alto (Puerto Rico) para convertirse en Residente y Visitante, dos lenguas viperinas que se cimbrean a ritmo de rumba. “Que lloren”, una primera puñalada a “los llorones del reggaetón” y “al producto enlatado encima de un anaquel”, se cimienta sobre una sección de vientos con sabor balcánico y una programación gruesa. Los sones de cumbia invaden “No hay nadie como tú”, donde los mexicanos Café Tacvba dan la réplica.
El reparto de galletas continúa con “Gringo Latin Funk”, una crítica feroz a los latinoamericanos que abandonan sus tradiciones e intentan parecer yanquis y, para colmo, son “fanáticos de Justin Timberlake”. “Yo soy el que nadie entiende, el loco demente, la voz del pueblo”... así reza el autobombo de “Ven y critícame”, una canción en principio arrastrada, también con aires cíngaros, que culmina con una sesión de jazz de Nueva Orleans. El actor, ministro y, como no, músico panameño Rubén Blades se atreve a lanzar rimas en “La perla”. Es ésta una preciosa composición que se construye poco a poco: la base de percusión, una línea de bajo penetrante y los arreglos de viento... todo condimentado con especias tropicales.
“Me he pasa’o toda la vida mezclando cemento para mantener a los gringos contentos”. Con esta frase, incluida en el tema “Los de atrás vienen conmigo”, se ejemplifica el espíritu rebelde y contestatario del dúo. Pero Calle 13 no puede evitar el hervor de su sangre caliente. “Lo sexual es natural” declara en “Fiesta de locos”. La temperatura también se dispara en otras composiciones pegajosas como “Esto con eso”, “Electro Movimiento” y “Tal para cual”. Y se agradece que sus letras no caigan en la chabacanería... casi nunca.