Ahora que AC/DC están de actualidad nuevamente, puede parecer un oportunismo hablar de Bullet, un grupo sueco cuyos componentes fácilmente podrían pasar como aventajados alumnos de la hiper famosa banda australiana. Sin embargo, no por ello podemos dejar de mencionar sus bondades, que las tienen, y muchas.
Bite The Bullet, es su segundo álbum y en él quedan plasmadas las más que considerables influencias de Angus y CIA.
Antes que nada, se debe destacar la presencia de su vocalista Hell Hofer, un híbrido entre Brian Johnson y Udo Dirkschneider, con la potencia que le otorga la juventud y con la capacidad de hacer algún que otro gorgorito tipo Rob Halford; aunque su fuerte son los registros agudos y desgarrados.
En cuanto a las partes de guitarras, tanto Hampus Klang como Erik Almström, tiene que haber realizado jornadas intensivas de asimilación de estilo, con los hermanos Young como principales maestros de ceremonias.
Lo cierto es que las similitudes de los esquemas de Bullet con AC/DC, sobre todo en lo que respecta a las partes rítmicas, son reconocibles al momento, como queda plasmado desde el inicio con Pay The Price, Roadking, Bite The Bullet y, en líneas generales, el resto del contenido.
Quizá, donde más se desmarcan de sus mencionadas influencias, es en su apuesta por un empaque sonoro más metálico y en los solos, donde, si bien es cierto que sus fuentes de inspiración son evidentes, se nota una preocupación por buscar caminos menos explotados por sus “profesores”.
De esta forma, al lado de una dinámica rítmica sujeta a parámetros reconocidos, podemos encontrar brillantes aportes solistas, ejecutados con una soltura envidiable y bajo una resolutiva capacidad creativa, como se puede apreciar en Nailed To The Ground, Waste My Time y, sobre todo, en la electrizante Rock Us Tonight.
Un trabajo pegadizo que transmite frescura y chorros de vibraciones positivas, en las que no faltan algunos momentos de comercial distensión aportados por puntuales y accesibles estribillos, reconocibles en Dust Til Dawn o Rock n Roll Remedy, este último con un sorpresivo e inesperado giro al estilo del mismísimo rey del glam setentero, Gary Glitter.
Un disco completo, sin rellenos innecesarios, para disfrutar sin complejos de una excelente ración de heavy metal de nueva generación con las necesarias aportaciones del pasado y con Accept como otro grupo reconocible en cuanto a referencias, como dejan entrever en la despedida con The Rebels Return.