Con 'La logia de la canalla' (2003) y 'No disparen al pianista' (2006) experimentaron con el tango y los ritmos balcánicos. En su nuevo disco, 'Mátame', han añadido los sonidos de una sección de vientos. Sin embargo, los miembros de Le Punk siguen empeñados en ser una banda de rock. El guitarrista Joe Eceiza nos explica sus motivos.
La publicación del nuevo disco coincide con vuestro décimo aniversario. ¿Qué balance hacéis después de todo este tiempo?
Es verdad... llevamos diez años juntos, aunque el primer disco se editó hace menos tiempo. Hay que decir que, desde la publicación de nuestro álbum de debut, La logia de la canalla, se han producido algunos cambios en la formación. Pero para nosotros, aquel trabajo fue todo un descubrimiento. Éramos gente que venía de tocar rock and roll en grupos de nuestro barrio y, en ese momento, nos decidimos a escuchar y componer tangos, desde la ignorancia más absoluta, un poco por jugar. De repente, nos vimos metidos en Le Punk, que era un proyecto que nos gustaba más y que empezó a funcionar... y hasta hoy. En resumen, se podría decir que hemos ido buscando nuestro sitio poco a poco, sin tener demasiado en cuenta las cifras de venta. Hemos ido encontrando el equilibrio entre el primer disco, donde quizás teníamos más necesidad de conocer diferentes músicas y experimentar un poco, y el último, donde continuamos tocando ritmos alejados del rock clásico, pero donde ya hemos asimilado las diversas influencias. Ahora ya sentimos Le Punk de una forma más natural, estamos más asentados.
Parece que habéis superado los malos rollos que llevaron a la salida de dos miembros del grupo. Y quizás ahora tenéis más fuerza...
Bueno, primero hay que decir que no fueron malos rollos grandes a nivel personal... son fases que hay que pasar. Y, cuando tienes grupos de música, te acostumbras a estas cosas. Además, ya se habían producido cambios en la formación de Le Punk cuando salió el primer disco, cuando se fueron el teclista y el batería. Pero, cuando suceden estas cosas, lo dejas o sales reforzado. Cuando ocurrió, nos sentamos los cuatro y decidimos seguir adelante con todas nuestras fuerzas. Además, poco después llegaron los chicos de No Reply, que para nosotros han significado una inyección de moral muy fuerte. Y, en mi opinión, ahora estamos en nuestro mejor momento.
¿Qué lugar ocupa Mátame en esa evolución como banda?
Musicalmente, como decía antes, con este disco nos hemos estabilizado. Nuestro sonido ya está definido. En la cuestión personal, nos ha servido para redefinirnos, sentarnos y decir “aquí estamos”. A pesar de las dificultades, demos seguido adelante y quizás nos haya salido el disco más fresco y con más estrella. Estamos muy contentos porque el álbum tiene una energía muy positiva, mientras el resto, y el anterior en particular, no tenía esa fuerza tan especial. Y hemos conseguido que todo eso quede plasmado en Mátame.
Firmáis de forma conjunta las composiciones. Pero, ¿cómo organizáis todo el trabajo que implica la grabación de un nuevo álbum?
Cada uno de nosotros trabaja el esqueleto de las canciones, básicamente las letras y los acordes. Así, las composiciones llegan al local muy desnuditas, trabajadas con una guitarra acústica y poco más. Como somos bastante gente en el grupo, las canciones empiezan a crecer en los ensayos... y ése es uno de los puntos más positivos de Le Punk. Luego, en cuanto a la grabación de los discos, Mátame ha sido el que ha seguido un proceso más bonito. Normalmente, cuando vas a grabar, primero premaquetas muchas veces el álbum, le das muchas vueltas a los arreglos, etc. Y después, cuando ya entras en el estudio de grabación, donde quizás vas a estar un mes seguido, puedes llegar a hartarte de tus propias composiciones. La suerte que hemos tenido en este disco al trabajar con Juan de Dios Martín era la facilidad de acceso a su estudio y, así, podíamos grabar inmediatamente después de terminar cada una de las canciones. Eso nos ha permitido que los temas quedaran muy frescos. Además, el inicio del disco lo compusimos los cuatro en el local como una formación clásica de rock: guitarras, bajo y batería. Por tanto, este es el disco más rock de Le Punk.
Ahora que hablas del sonido, parece que todo el mundo coincide en apuntar ese acercamiento al swing, jazz, soul, blues... Ahí están temas como “De qué madera estás hecho” o “El hombre santo”. ¿Estáis de acuerdo?
Sí, es cierto... se puede decir que es un disco más norteamericano. En este trabajo hay tango, sigue habiendo músicas balcánicas, pero también se oyen esos ritmos que mencionabas. Aunque no seamos melómanos, en el sentido de saber mucho de melodías gitanas o de otras procedencias, sí nos gusta escucharlas e interpretarlas. Pero nosotros, básicamente, somos músicos de rock y escuchamos rock desde chavales. Y, como es natural, es un disco donde se notan esas influencias... sobre todo del blues.
Supongo que la introducción de una sección de vientos, gracias a los miembros de No Reply, también ha dejado huella en el sonido de Mátame.
Te puedo asegurar que eso ha sido muy positivo. Como decíamos antes, después de pasar alguna crisis, con momentos malos que nos hicieron dudar acerca del futuro, de repente aparecieron estos chavales. Los conocimos gracias a Quique González. Ellos vinieron a nuestro local y flipamos musicalmente. Hay que decir que nunca habíamos tocado con una sección de vientos, que es una cosa muy poderosa, y hace que te sientas como una banda de soul. Y, encima, a nivel personal también hemos casado muy bien... y eso es importantísimo para cualquier grupo porque como haya un mínimo roce, o algún problema anímico o personal, la convivencia es imposible.