The Shining Harmony Of Universe, es el debut del grupo Niobeth. Procedentes de Albacete, su propuesta encaja de lleno en el metal gótico con vocalista femenina de sobrados registros vinculantes al universo de la ópera.
De entrada, lo primero que llama la atención es la cuidada producción de todos los aspectos ligados a la imagen y puesta en escena del grupo. Desde las fotografías promocionales hasta la presentación del álbum en slipcase y, por supuesto, el contenido del disco, donde se incluyen composiciones planteadas con infinidad de detalles para crear una atmósfera de fantasía gótica de profundo dramatismo lírico con protagonismo dominante de Itea Benedicto. No hace falta ser un experto para descubrir su encanto y carisma vocal, con un registro, cuando menos, con la suficiente calidad como para ser respetado, sin entrar en comparaciones inútiles. Su fantástica labor queda reflejada en todo momento, con mención especial para la versión que realizan de The Magic Flute de la ópera de Mozart, un reto del que todo el grupo sale reforzado por su arriesgado atrevimiento.
No es un trabajo típico de metal gótico, sus perfiles dinámicos están regados de matices clásicos que enriquecen su contenido y contribuyen a construir pasajes de altiva sofisticación, como la presencia de coros a cargo del Orfeón de la Mancha, así como contribuciones de flauta, arreglos de cuerda, presencia de cellos, piano y hasta alguna gaita.
En determinadas partes, el exceso de clasicismo se apodera de los esquemas y se aleja de las fronteras inherentes al rock. El elaborado barroquismo y sus abigarradas formas pueden resultar algo rebuscados. Por suerte, Jesus Diez, evita divagaciones mayores recuperando la solidez estructural con sus turbulentas guitarras, como se puede apreciar en canciones como Tell Me Lord, Requiem For Imagen, Rhyme For My Gone Beloved o Dance Of Tragedy, donde colabora el bajista de Dragonfly, Juanba Nadal. Alberto Frigueros, a la batería y Santi Tejedor a los teclados y violín, se encargan de recubrir los espacios libres para contribuir a la majestuosidad en la que gravita la sonoridad general del álbum.
Mencionar el bonus track de A Frightening Shiver, en versión japonesa. Seguramente un guiño especialmente dirigido para el mercado del país del sol naciente.
Sin duda Niobeth han puesto todo su esfuerzo y habilidades para facturar un trabajo de lo más digno dentro del género gótico, con ciertas referencias a bandas del estilo como Nightwish, sin querer con esto compararles, porque no es el caso. Una grabación que quizá tenga un mayor reconocimiento fuera de nuestras fronteras, en países más habituados a la sofisticación de los sonidos.
Tratándose de su primer trabajo y la calidad que atesora, es justo reconocer el mérito que conlleva la creatividad aportada y la innegable calidad que refleja.