Ecliptica es una banda procedente de Austria fundada en 2005 por el guitarrista Markus Winkler. Así pues, nos encontramos ante una formación de nuevo cuño cuya ópera prima lleva por título Impetus.
Markus y sus colegas, a saber, Elisabeth Fangmeyer (voz), Thomas Tieber (voz), Bernie Scholz (guitarra), Roman Klomfar (batería), Florian Thür (bajo) y Andreas Frast (teclados), se han decantado por reunir una amalgama de sonidos surgidos de varias fuentes estilísticas, solidificados por un entorno de marcado carácter melódico.
Los preceptos de sus composiciones están determinados por un fuerte componente power metal, con denominación de origen alemán. La virtud de estos austríacos radica en añadir ingredientes adicionales que enriquecen y diversifican sus formas.
De un lado, incluyen perfiles propios del heavy metal ochentero, como algunos momentos de galopantes armonías guitarreras que pueden recordar a bandas como Helloween o Gamma Ray, con algún guiño hacia Iron Maiden. Y, por otra parte, saben incrustar con eficacia, elementos que incursionan en el terreno de lo progresivo; no de forma exagerada sino, más bien, como injertos casi imperceptibles que tienen la capacidad de inyectar aditivos muy sugestivos al oído.
La dualidad vocal masculino/femenina, encaja a la perfección y, aunque no sea una novedad, resulta de lo más efectiva, al igual que el competitivo trabajo de la batería y la sutileza de los teclados, son olvidar los amplios recursos de las guitarras.
Estamos ante un álbum de capas superpuestas que recorre horizontes diversos. Tiende a resultar espiritualmente robusto y de lectura sofisticada, pero también puede transformarse en previsible y de melodías accesibles. A veces es pegajoso y, en otros momentos, nos descubre gestos de carácter. Lo cierto es que el contenido exhibe de todo, entramados de cierta complejidad, esquemas tradicionales y alguna concesión en clave de balada.
En su favor, también se debe mencionar que su correosa atmósfera evita empalagos innecesarios y dirige los sonidos hacia un tratamiento hiriente y mordaz, sin prescindir de la agilidad melódica.
Un buen debut que abre nuevos caminos para que el rock melódico no se estanque en sus conceptos más convencionales.
Y, por destacar algún corte de un trabajo bastante completo, atención a temas como, My Paredise, Land Of Silence, Carry On, Oldman’s Memories, Watching You y Black Swan; todos con la fuerza, el atractivo y la calidad suficientes para levantar el nivel de la grabación hacia cotas de brillantez.