Malas Noticias, nos traen buenas nuevas, la edición de su tercer disco de larga duración, un trabajo donde se pone claramente de manifiesto que el grupo, podrá ser originario de Catalunya pero sus fuentes de inspiración proceden directamente de las tierras del norte, con Barricada como principal reflejo. Es decir estamos ante un disco de reconstituyente rock, al que se le pueden colocar los apellidos callejero, urbano o, inclusive, aunque ya no esté de moda, radical.
Las estructuras en las que se asientan los esquemas de Sueños Rotos, tienen dos principales características, por un lado, el predominio del robusto registro vocal de Edu García, nada nuevo por descubrir, aunque sigue siendo necesario resaltar una vez más. Y, por otra parte, una base rítmica firme, a veces recurrente, pero que forma parte indisoluble del sonido del grupo de Badalona, con Manolo Fernández (bajo) y Emi Osuna (batería), demostrando un aguante férreo e imperturbable.
A estos parámetros, se debe añadir la eficaz e indispensable labor de Raúl Bellette más inspirado que nunca, abriendo nuevas rutas, sin importarle desviarse de los estereotipos para encontrar salidas excitantes. Si Sueños Rotos supera sus anteriores grabaciones es, precisamente, por haber abrazado el riesgo al recurrir a planteamientos eclécticos en lo que respecta a los sonidos de las guitarras.
Si se hubieran limitado a los perfiles convencionales del estilo, estaríamos hablando de un disco más dentro del panorama del rock estatal, similar a muchos otros que circulan por esos repoblados territorios rockeros.
Sin embargo, aquí nos encontramos con el entusiasmo de una formación que parece haber alcanzado la madurez en tan solo seis años de existencia. Las pruebas las encontraremos en canciones como, Puede Ser, El Tren de los Sueños, o Mundo Basura 2, de lo mejor del disco; aunque tampoco se pueden dejar de lado, El Borrador de los Olvidos, Frases Perdidas, o Bilbao. Sin desmerecer para nada el resto de un contenido vitalista de contornos expresionistas.
Y, finalmente, reseñar los guiños a The Offspring, en La Vereda del Infierno y a AC/DC al comienzo de Mírame, con el típico sostenido a lo Angus Young.
Fue grabado por La Mina Producciones, en la localidad bilbaína de Mungía bajo una producción en la que participaron, Natxo “Liberty”, José Lastra y el propio grupo.