Mr Rose ha reaparecido tras su desaparición posterior a la publicación de ‘Chinese Democracy’. Lo normal: se publica el que puede ser uno de los discos más esperados de la historia, y su autor huye de la campaña promocional y deja a su discográfica, cuya paciencia es proporcional a las expectativas económicas sobre el material, con poco más que unas fotos del “divo” en concierto y un conjunto de canciones heterogéneas que poco o nada tienen que ver con lo que una vez fueron los Guns And Roses. Lo mejor probablemente si no se quiere responder a preguntas incómodas.
Ahora, no obstante, ha vuelto a primera línea como lo hace cada vez que abre la boca y descubre su exquisita personalidad. Antes “muertos” que reunidos, afirma sobre la reclamada posibilidad de que él y Slash se unan para dar algo de sentido a lo de Guns’n Roses, cuando lo aconsejable en estos momentos sería que su marca fuera “The Axl Rose (eccentric) Project”.
Lejos de permitir que el paso de los años o una madurez imposible le permitan, si no abrir las puertas a un posible retorno, calmar la furia de su discurso, el cantante afirmó que su “rivalidad” con Slash no terminará nunca.
Slash, tendiendo puentes
En todo este tiempo desde que Guns se vino abajo, Slash ha tratado en varias ocasiones de acercarse a Axl. Fue él quien creyó que la versión de Sympathy For The Devil serviría para limar asperezas (luego ni se vieron en el estudio), quien ha tratado de ser conciliador en numerosas ocasiones y, recientemente, ha afirmado que el blogger que publicó canciones del nuevo álbum de su exbanda debería “pudrirse en la cárcel”.
También tendrá que ver con el rumbo de Velvet Revolver, que tras un fulgurante Contraband se vino abajo con su segundo álbum en que la desintegración del grupo ha vuelto a ser una seña de identidad de los Guns (lo último que se ha sabido de Steven Adler, batería, es su detención por posesión de narcóticos).
¿Merece Axl su éxito?
Cerca de los 47 años Axl sigue siendo una de las figuras más reconocidas de la música a pesar de sus constantes faltas de respeto a la industria y a su propio público. No en vano, en su reciente visita a Madrid no tuvo problemas en salir a escena tras un exagerado retraso (en un día entre semana) a recibir la lluvia de silbidos e improperios que le debieron demostrar que los tiempos cambian, y que no siempre se puede ser estrella heavy del rock.
Aún así, su consideración se mantiene a pesar de que muchos leales abandonaran el barco y no dudaran de darle el mérito de muchas de sus grandes canciones (históricas e incuestionables) a gente como Izzy Stradlin con quien precisamente la relación sí ha mejorado.
En el pasado su rebeldía, con constantes detenciones y declaraciones salidas de tono, no podía resultarle más rentable, copando titulares de la prensa cuando los chicos malos del rock agotaban entradas para conciertos que rozaban el oprobio e indignaban a sus fieles. Pero él tan tranquilo. Hasta última hora se vivieron episodios interesantes en sus conciertos como cuando en 2006, de gira por EEUU sus teloneros Eagles of Death Metal fueron abucheados por el público y Axl, en su salida escena, hizo gala de su talla personal y compañerismo al afirmar que “nunca más tocarían con ellos", definiéndolos como "The Pigeons of Shit Metal" (las palomas del Metal Mierda). Ahora bien, Jesse Hughes, miembro de Eagles se ha cobrado su venganza: G’n’r “ya no es rock”, afirma en una entrevista en que también añade que de 25.000 asientos sólo había 5.000 ocupados por adolescentes que no habían nacido en la época del Appetite.
Planes futuros
Preguntado sobre nuevas actuaciones en directo, Axl ha exhibido de nuevo su potencial para los delirios y carácter veleidoso: su manager está negociando, abierto a ofertas, pero él por el momento no tiene planes. Quien quiera concreción, compromiso o cosas claras, se ha equivocado de grupo.