The Miles Davis Sextet no fue un conjunto de largo recorrido. Sin embargo, los miembros de la formación aprovecharon cada una de sus actuaciones para dejar un recuerdo imborrable.
El lunes 2 de marzo de 1959, siete hombres se citaron en los estudios del sello Columbia en la Calle 30 de Nueva York para dar rienda suelta a su creatividad musical. Su magia volvería a brotar en aquellas cuatro paredes un mes y medio después, el miércoles 22 de abril. Ellos eran Cannonball Adderley (saxofón alto), John Coltrane (saxo tenor), Wynton Kelly (piano), Bill Evans (piano), Paul Chambers (bajo), Jimmy Cobb (batería) y Miles Davis (trompeta). Las cinco piezas que grabaron, sin ensayos previos, conforman uno de los discos más importantes de la historia del jazz y, por ende, de la historia de la música: Kind of Blue.
Este año se celebra el 50 aniversario de la publicación de esta obra que, según el batería que participó en su elaboración, fue “hecha en el cielo”. Otras críticas, más terrenales y especializadas, apuntan que el álbum abrió paso a la improvisación en torno a las estructuras modales escritas por Miles Davis. Y, a pesar de su aparente complejidad, el disco se sigue despachando a buen ritmo (5.000 copias a la semana en Estados Unidos, según algunos estudios), convirtiéndose en uno de los trabajos de jazz más vendidos de todos los tiempos (5.000.000 de copias en todo el mundo).
“Kind of Blue” empieza con las notas del piano que, con el suave acompañamiento del pulso del bajo, introduce un blues. Quizá se trate de “So What” o de “Blue in Green”. Poco después, la sección de vientos desata toda su fuerza, descargando un poderoso torrente de notas. “Freddie Freeloader” tiene un inicio engañoso, parece ser un remanso de melodía, pero trompeta y saxofones se encargan de romper todas las leyes del ritmo. Estas quedarán hechas añicos con “All Blues” y “Flamenco Sketches”.
Esta edición conmemorativa, con dos CDs y un DVD, incluye tomas irrelevantes, como secuencias de estudio de escasa duración. Sin embargo, también se han rescatado piezas muy valiosas, como los standards “On Green Dolphin Street” o “Love for Sale”, que grabó The Miles Davis Sextet (con Bill Evans al piano) en 1958. Además, el documental Celebrating a Masterpiece, donde se recogen los testimonios de Herbie Hancock o Santana, entre otros, ayuda a entender la importancia capital de este disco. Por último, se recupera The Sound of Miles Davis, programa emitido por la CBS en 1959, con la vibrante actuación del quinteto del trompetista (sin Cannonball Adderley). En definitiva, un placer para los oídos... y para la vista.