We are Estándar parece haber comprendido perfectamente las instrucciones de uso para abrirse al mercado internacional. Su nuevo enfoque está más cerca de pertenecer en la nueva ola de rock-electrónico inglés que de coincidir cartel en el típico festival de música alternativa de la península española.
De toda la escena independiente española que tan de moda se ha puesto ultimamente en los jóvenes que frecuentan las discotecas, Delorean, Triángulo de Amor bizarro, Cycle y We are the Standard tienen un puesto de privilegio en ese pequeño apartado. Los Lory Meyers, Love of Lesbian, Los Planetas, Los Piratas ya cansan y el indie doméstico necesita una restauración, complementada con sonidos electrónicos.
We are Estándar parece haber comprendido perfectamente las instrucciones de uso para abrirse al mercado internacional. Su nuevo enfoque está más cerca de pertenecer en la nueva ola de rock-electrónico inglés que de coincidir cartel en el típico festival de música alternativa de la península española.
Su segundo trabajo, que lleva el mismo nombre del grupo, es todo un acto de rebeldía contra lo impuesto en la escena del rock español. Han optado por sonidos ochenteros, muy puros, cristalinos y pulcros, y por la utilización de tonos melancólicos, así como minimalistas. Puede que la complejidad del asunto haya provocado que el disco no saliese antes a la venta. Los vizcaínos han necesitado ocho meses para cerrar uno de los mejores discos del año.
Muchas han sido las complicaciones que han tenido que superar los cuatro integrantes del grupo. Los excesos de alcohol, alguna que otra fiesta –más que permitida- y la colaboración Andy Gill de Gang Of Four en Londres -donde ha sido grabado el disco- han retrasado su elaboración. Pero el resultado ha sido excelente. Desde el principio, con una apisonadora Bye, bye, bye que abre el disco, demuestran sus inquietudes por saborear los nuevos caminos de la banda. Dont Give up abre el camino a la sala de baile para no parar de brincar durante los tres minutos y medio que dura la canción, que suena muy a The Whip. Si le preguntáramos a cualquiera de los componentes del grupo qué influencias tomó para firmar “Easy” respondería que las escogío la base de New Order y el resto de los Primal Scream del XTRMNTR.
Y, para cerrar este maravilloso LP de nueve tracks, qué mejor que mezcla de sonidos. Sintetizadores made in Happy Mondays y punteos de guitarra de cualquier material que le sobró a The Charltans en sus anteriores sencillos, que han recogido We are Estandard para la ocasión: un grandísimo disco y muy personal.