El mercado musical está de enhorabuena. Andrés Calamaro, después de largo tiempo sin sacar nada al mercado, estrena un disco -de aires flamencos-, en que canta a los clásicos exceptuando tres canciones de factura propia. Bien es cierto que nos había acostumbrado a mostrarnos su talento a través de las eternas y gratuitas redes de Internet, aunque no publicaba una producción en estudio desde hacía mas de 3 años.
“El cantante”, es un trabajo para escuchar tranquilamente, en el que cada detalle ha sido cuidado. Editado en el tradicional formato de 12 canciones, podría decirse que Calamaro, por fin, se rindió a la industria, aunque escuchando se llega a la conclusión de que lejos de seguir las tendencias rumberas de los antes rockeros nacionales, el compositor argentino apuesta por un trabajo diferente. No será del gusto de todos, pues es una apuesta arriesgada, con canciones tan viejas como imperecederas, pero marca la diferencia en el panorama musical.
El reparto es de lujo, principalmente por el productor -Javier Limón- y la guitarra del “Niño Josele”, ambos venidos del palo flamenco. La voz de Andrés, el cantante, parece especialmente cuidada para la ocasión, recuperándose así de los excesos de los últimos años (“el salmón”).
El compositor argentino muestra nuevamente gran versatilidad. Aunque bien podía decirse que no es su especialidad, demuestra gran solvencia en el dominio del flamenco, tango, boleros, etc.
Vale la pena escuchar temas antes cantados por Gardel (Volver, sus ojos se cerraron) o por Roberto Carlos (La distancia) y otros artistas legendarios, con el toque inconfundible de Calamaro.
Las tres canciones de cosecha propia no tienen el sello inconfundible que antaño le dio tanto reconocimiento con canciones como “flaca”. Quizá de hecha de menos algún “hit” como “cuando te conocí” pero bien es cierto que temas como “Las oportunidades” gozan de una gran calidad. Canciones así están al alcance de muy pocos.
Pero eso sí, el rock brilla por su ausencia. Siendo un buen trabajo, algunos de sus seguidores echarán de menos esa vertiente de un músico que, esperemos, nos siga deleitando con sus trabajos regularmente.