Con motivo del lanzamiento de su último trabajo, entrevistamos a Tony, cantante de Eskorzo. El grupo, que está cerca de cumplir diez años desde su primer lanzamiento discográfico, ha pasado la última época cultivando su nombre en Europa. Ahora están de vuelta en nuestro país dispuestos a demostrar su gran estado de forma y ganas de comerse los escenarios.
PREGUNTA]¿Cómo ha sido vuestra reunificación?
De hecho no nos hemos separado nunca, y parados precisamente no hemos estado, hemos tocado mucho, a 3000 kilómetros de aquí, en Alemania, Suiza, Austria, Italia, Polonia. Nos hemos currado aquello durante mas de dos años, y gracias a eso el grupo funciona en estos países bastante bien ahora.
¿Podíais hablarnos de los motivos para bautizar a este disco como “Paraísos artificiales”?
“Los paraísos artificiales” es el título de un libro publicado en 1860, en el que Charles Baudelaire agrupó una serie de artículos sobre sus experiencias con alcohol, opio y derivados del cáñamo. La canción “paraísos artificiales” que da título al disco cuenta la nuestra.
Luego pensamos que el disco se llamara así porque creemos que cada canción de las once son pequeños paraísos artificiales, cada una es un “viaje distinto”.
A vuestro juicio ¿En qué se diferencia este CD de vuestros anteriores trabajos?
Te podría contestar con la típica coletilla de “es un disco más maduro…” “es nuestro trabajo más personal…”. Sinceramente, quien lo escuche se van a encontrar a Eskorzo cuatro años después de su anterior trabajo, y con eso por delante que cada uno juzgue por si mismo.
Aparentemente vuestras letras han dejado de lado el aspecto reivindicativo, ¿por qué?
Creo que no es eso exactamente, aunque lo que si ha cambiado un poco es la lírica, la manera de contarlo, mucho más poético y metafórico.
Las letras siguen reivindicando, muchas hablan de buscarse a uno mismo, conocerse, realizarse e intentar ser lo más feliz que se pueda en esta vida.
¿Podríais hablarnos de cómo fue el proceso de composición del disco? Cuánto habéis tardado en escribir las canciones, en qué os habéis inspirado...
El disco lo grabamos en La Alpujarra granadina, un rincón del mundo evocador y algo mágico. Todo un “paraíso real”. Eso ha influido en el proceso de grabación, allí la mente funciona a otro ritmo y la música fluye, puedes crear. De hecho, gran parte del disco se ha compuesto durante la grabación, y se han cambiado canciones enteras en el estudio.
Por otro lado, esos periodos de “barbecho creativo” vienen muy bien para ordenar las ideas y dejar que las musas hagan correctamente su trabajo.
Antes de poneros a ello ¿buscabais algún sonido en concreto? ¿teníais alguna idea en la cabeza de cómo debía sonar “Paraísos artificiales”?
No, ni de lejos. Es mi opinión, pero creo que es un error hacer un disco pensando en la gente que te va ha oír. Eso en muchos casos condiciona al artista negativamente, tiende a hacer lo que su público espera de él porque quiere tener el éxito ya, sea como sea. Eso genera mucha paja y que el panorama musical sea un gran pajar. Tienes que hacer lo que realmente te apetezca, ser autentico, lo hagas mejor o peor, aplicar tu criterio y dejarte la piel en tu obra, hacer un disco que te guste a ti, y luego, si a la gente le llega, pues de maravilla. Si no eres tú y sí una marca, acabaras frustrándote y aburriéndote.
Nosotros hacemos música para que los primeros que se diviertan tengamos que ser nosotros, si no, no jugamos, creemos que es lo más honesto.