El festival, con su habitual mezcla de repertorio doméstico de flamenco, pop, rock y punk, se unió el sonido internacional para formar una ecuación musical en otro evento marcado por el buen ambiente... y la lluvia.
DJ para amenizar las madrugadas
Pero el festival no se quedaba tan sólo cerca de los escenarios. En frente de la zona de acampada, un DJ en una carpa se encargó de amansar a las fieras que seguían hambrientos de marcha al son de Reggae y rap. A su vez, una rave improvisada por uno de los asistentes, que llevó su discoteca-móvil y talento para pinchar por la madrugada en un puesto estratégico, donde no molestara a nadie.
Llegaba el segundo día y con él uno de los primeros platos fuertes con polémica incluida. Eran las 21:40 cuando Noi de Sucre apareció sobre el escenario Rock and Gol y quemaba, nada más salir, unas fotos del Rey Juan Carlos y otra del ex dictador español Francisco Franco. Los punkies que abarrotaban el concierto se unieron en fuerzas y aplaudieron la actuación entre risas y mofas.
Raymundo Amador, con la estimable colaboración de algunos de sus familiares entre la formación de la banda, ofreció un recital espléndido durante poco más de 60 minutos. Al igual harían después Falsalarma, Ojos de Brujo, Mago de Oz o los incombustibles rockeros-celtas Jethro Tull. Por ponerle un pero al festival, reseñar que el sonido del escenario Temático tuvo algunos problemas de acústica, incluso el quinteto británico amagó con despejar el escenario por le fuerte ruido de la banda que actuaba en el otro escenario. Pero el momento algido de la noche estaba por llegar. Gatillazo, con su vocalista y líder Evaristo (ex Polla Records), asumió la responsabilidad de ser uno de los grupos gordos del día y no defraudó. El controvertido cantante hizo reír, bailar y cantar al público de todas las especies y edades con un humor muy personal y espontáneo. Lo mismo le sucedió a Toy Dolls. Estos tres punkarras que ya sobrepasan la treintena de edad, se dejaron el alma sobre el escenario. El tridente estuvo muy motivado ante un publico entregado que cerró una noche inolvodable para esta edición del Extremúsika, más punky que nunca.
Nacha Pop, única baja
El tercer y último día llegó con el mejor postre. La ausencia de Nacha Pop por una neumonía que sufrió su vocalista Antonio Vega no empañó un día glorioso para el rockero. El tío Calambres, NPFNO, Lendakaris y Tote King abrieron una tarde, inevitablemente, lluviosa. Pero la meteorología nuevamente no fue impedimento para ver las actuaciones de los cabezas de cartel. Misfits decepcionó, pero Albert Plá gustó. Tequila puso la nota irónica cuando pidió que subieran el sonido de Bad Religión, que se acoplaba al de los argentinos desde el otro escenario que actuaban.
Los angelinos, por su parte, maravillaron. Los Delincuentes encandilaron y se metieron al público en el bolsillo, como siempre es habitual en los gaditanos. Ska-P llenó su concierto y The Ramonas, Piperrak y Los Changuitos cerraron un festival inédito que pese al tiempo dejó a todos satisfechos y concienzudos de que el año próximo volverán en otras fechas más atrasadas, como quiere la organización para evitar otro mal temporal. Aún así los últimos festivales de Extremúsika han hecho bueno el refranero español; “Al mal tiempo, buena cara”. Y el buen ambiente, así como la excelente música, cobra sentido en un festival que cada año crece más y que se convierte en tan necesario para el rockero de pata negra.