Más allá de aciertos y errores en los últimos lustros, a Bob Dylan hay que agradecerle el negarse a vivir del negocio de la nostalgia de quien está encumbrado entre los grandes iconos de la música contemporánea, y apostar por nuevas fórmulas, notas y matices. Together Trough Life, esta anécdota creativa surgida de lo que debía ser una merca colaboración con el cineasta Oliver Dahan, ha llevado al de Minnesota a prescindir de los amplios registros que catapultaron a The Modern Times (2006) en las listas de éxitos y conducir su obra hacia el blues más rudo y los sonidos sureños más primitivos y elementales.
Cerca de cumplir los 68, los “dylanologos” más ilustrados aseguran que el Duluth se encuentra inmerso en su tercera gran etapa creativa, en la que ha seguido manteniendo la esencia del recuerdo del gran portavoz de la protest song, pero en la que también ha coleccionado reconocimientos y premios por parte de la industria musical global. Sin embargo, lejos de seguir por el sendero fácil, Dylan ha decidido tomar una nueva dirección y, en sus propias palabras, ensalzar su nuevo trabajo con los viejos sonidos de Sun y Chess Records, los sellos en los que los pioneros de la música popular americana firmaron sus primeros trabajos allá por los años 50 y primeros 60.
Together Trough Life es, de nuevo, poéticamente impecable. Una obra en la que el de Minnesota recupera la fuerza creativa de antaño y centra sus composiciones en el amor y la mujer fatal, el eterno eje central del blues. Hay quién ha visto también destellos de optimismo ante la actual situación político-social americana en “I Feel A Change Comin’ On” ¿Fenómeno Obama? Demasiado simplón para un viejo Zimmerman que está de vuelta de todo...
Musicalmente destaca por los registros relajados, ásperos y primarios, pero sorprendentemente influenciados por los sonidos latinos. La acordeón de David Hidalgo (Los Lobos), fiel escudero de Dylan en los últimos años, dota “Beyond Here Lies Nothing” y “This Dream Of You” de aires fronterizos. Unas corrientes mexicanas que confluyen con el patrimonio musical sureño originario. “If You Ever Go To Houston” permite un ligero, y en cierta medida inevitable, acercamiento al folk y al sonido americano más clásico, que comparten un protagonismo más bien anecdótico en el álbum.
“My Wife’s Hometown”, “Shake Shake Mama” y “Forgeteful Heart” y “Jolene” (nada que ver con Dolly Parton o la aclamada versión The White Stripes) presentan bluesman Dylan más lóbrego y roto. Al que es capaz de recuperar la naturaleza estilística del género. Mención aparte merecen “Life Is Hard” donde adopta una postura cercana al cantautor francés, no en vano es el tema que escribió para la banda sonora del film de Oliver Dahan “La Vie En Rose”, y “It’s All Good” un cierre de tempos comedidamente acelerados para un álbum tan sostenido.
Con Mike Campbell, habitual de Tom Petty And The Heartbrakers en la guitarra, y producido por el propio Dylan bajo el pseudónimo de Jack Frost, Together Trough Life, el 33º disco de estudio del de Duluth y 48º de su carrera, no deja de ser otra muestra de la particular personalidad que ha mostrado a lo largo de su trayectoria. Siempre ambiciosa y enfocada hacia las vertientes menos asequibles junto cuando lo fácil era seguir igual.