Parece difícil de decir cuando a tus espaldas hay una manifestación de grandes músicos, al lado unos espectaculares productores, enfrente una crítica que alaba tus discos y delante, en cada concierto, te rodean miles de personas que disfrutan de los maravillosos directos que acostumbra a dar Ben Harper, su banda y su sonido. Pero sí, en esta ocasión, y pese a tener tras esas mismas espaldas casi dos décadas de profesión, la voz de este californiano se come al rock por todos lados y celebra sus 40 años con un gran disco lleno de matices diferentes; White Lies for Dark Times.
Este noveno trabajo de estudio viene cargado de energía, potencia y, sobre todo, buena música y excelentes niveles de voz la de Ben Harper. El compositor aparece en su versión más añeja, con sonidos muy puros, dignos de la zona que le vio nacer, el Oeste de los Estados Unidos. Rock en máxima exponencial, con aires souleros y tintes rockandroll que recuerdan a los Lynyrd Skynyrd de los años sesenta.
La primera canción Number with no Name, ya hace un preludio de lo que va a acontecer en las próximas diez que le prosiguen en forma de country arraigado a la psicodelia de esta última década escenificada por el movimiento indie.
A Harper se le podría definir de manera un poco abstracta, como el autor que apela al rock de antes, pero adaptándolo a las nuevas normas básicas. Pionero de nada pero auténtico acomodador de las nuevas tecnologías musicales y siempre lo resuelve con buena nota. Up to you Now y Shimer and Shine, esta última, sin lugar a dudas, la mejor del disco, retratan a las nuevas tendencias de Harper. Sonidos rápidos, directos, fuertes, potentes, puros y emotivos.
En el quinto sencillo hay una epopeya, esta vez, en forma de homenaje al rock de los años cincuenta, dándole principal protagonismo al punteo de guitarras y a la impecable sonido de la voz harperiana en su mejor momento. El resto es una planada para ir cerrando el camino de una intensa polvoreda descubierta en sus inicios y que poco a poco se va nublando musicalmente y donde la fuerza de voz y música pierde hegemonía conforme pasan las pistas. Aún así, el disco finaliza de manera notable, al son de sus baladas.