A menos que seas un fan incondicional de Running Wild, es casi seguro que el nombre deAngelo Sasso no te diga nada. Y muy probablemente, aunque tengas tatuado a un tamaño enorme el logo de la banda germana, tampoco tengas ni idea de quién se trata.Entonces ¿por qué hablamos de él? Porque, como si de un episodio de Expediente X o de Cuarto Mileno se tratase, estamos ante una persona que no sabemos si existe o existió alguna vez.
Empecemos por el principio. La primera vez que aparece el nombre de Angelo Sasso fue en 2000, en los títulos de crédito del álbum Victory como encargado de tocar la batería. El sonido de este instrumento hizo sospechar a muchos que Running Wild habían empleado una caja de ritmos en vez de grabar el álbum con un músico de verdad. Según esta teoría, el nombre de Angelo Sasso era una simple excusa para esconder la vergonzosa verdad.
Cuando esta teoría se hizo ampliamente popular, el líder del grupo, Rolf Kasparek, declaró que Angelo Sasso era el seudónimo de un amigo suyo que le había ayudado a grabar el disco, pero que no quería aparecer en los créditos con su verdadero nombre. el siguiente álbum de la banda, The Brotherhood, volvía a acreditar a Angelo Sasso a la batería. Y nunca más se supo de él.
O sí. Porque usar el nombre de Angelo Sasso se ha convertido en una especie de broma recurrente entre algunos grupos alemanes cuando graban una maqueta y tienen que usar una batería programada.
Si el pobre Rolf Kasparek dice la verdad y fue un amigo suyo quien grabó las baterías de Victory y The brotherhood, su anónimo amigo tiene que estar bastante triste viendo al comprobar lo poco que gustó su manera de tocar.