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Arctic Monkeys: Humbug

Los ‘Monos Árticos’ se hacen mayores

Un artículo de Ángel Briz Rueda || 23 / 9 / 2009

Dicen los entendidos que un grupo se gana el respeto de la crítica, de los más osados y el éxito asegurado cuando su tercer disco está a la altura y demuestra la misma calidad que en sus dos anteriores trabajos. Difícil examen en esta ocasión para los Arctic Monkeys, ya que cosecharon la mejor entrada directa en la lista de ventas en Inglaterra en toda la historia con su disco debut, 'Whatever People say I am, thats what I'm not'. Pero a este cuarteto, ya maduros, nada les asusta y han aprobado la reválida con una nota excelente.

Esa es la valoración final de su último trabajo de estudio, Humbug, donde los de Sheffield han demostrado su potencial, talento equilibrado y, sobre todo, una madurez sonora sólo accesible para los mejores. Con este disco han confeccionado una base sólida que les mantendrá en el liderazgo de la nueva ola indie de las islas británicas, que tantos hijos adoptivos de The Clash, The Jam y The Who ha parido en la última década.

En esta ocasión, los Monos Árticos descubren el maravilloso mundo del stoner y el rock más pesado y distorsionado que tanto le gusta a Josh Homme (Kyuss y Queen of the Stone Age, actualmente), productor de la obra. El guitarrista Alex Turner afirmó en su día que era un honor trabajar con uno de los mejores artistas de los últimos años y que se veía muy influenciado por él en su nuevo reto.

El disco suena fuertemente inspirado en el rock duro de finales de los noventa, de la alta escuela de Kyuss, QOTSA, Fu Manchu, Church of Misery y los fabulosos Monster Magnet, reyes del stone hoy día junto a Nebula. Eso sí, no pierden ninguna pincelada de las cuerdas Monkenianas, tan características suyas, con la complejidad en cambios de ritmo que tan acostumbrados están.

Rock de altos voltajes, cual grupo metalero australiano, de orden jerárquica y muy toqueteada por todos lados. Los anteriores trabajos son muy parecidos, pero a la vez demasiado diferentes. El primero con el que saltaron al estrellato, muy melódico y vertical. El segundo, que les catapultó a ser icono social y líder de ventas en Gran Bretaña, les provocó la consolidación como una gran banda gracias a un sonido más nítido, cuidado, directo. Humbug es todo lo contrario. Letras más cuidadas, sonidos más controlados pero más sucio y desaliñado.

El álbum se podría dividir, perfectamente, en dos apartados: el primero más movido y el segundo más lento, de la saga Murdy Bum o Florecent Adolescent la mayoría de ellas. My Propeller, la primerá canción, es la consecuencia del trabajo bien hecho desde el primer riff. Estos imberbes no tienen prisa por crecer, ni por tocar, eso les hace músicos de culto y tocan cada vez mejor. Crying Lightinig es el fiel reflejo de todo ello, su primer single.

Dangerous Animals podría pertenecer al catálogo de canciones desechadas por cualquiera de los álbumes de QOTSA, pero la locura se aferra de Turner, que la retoca con mimo para adornarla con su toque personal. La batería suena más fuerte, pero más lenta en todas las canciones, y el bajo va a una velocidad superior de los cánones establecidos por el Indie. Potion Approaching es un auténtico temazo, que recuerdan los punteos y acordes de Delivery, de Babyshambles, pero acicalados con la mala leche de los nuevos Artic.

Hasta ahí, el disco decae de manera notoria en fuerza, pero no exenta de energía y calidad. Baladitas de fiesta pija de instituto americano con rasgos country aderezados con amagos de blues. Quizá, lo que más eche en falta esa niñería que les persigue en los conciertos allí por donde pisan, es algún tema de letra fácil con sintonía pegadiza, pero la verdad es que a estos cracks no les hace falta nada de eso para hacer un buen disco.

El batería de la banda, Matt Helders, piensa que Humbug está ante la mejor obra de los Arctic porque “Turner se ha tirado muchisimo tiempo componiendo entre viajes y más viajes. Está siempre escuchando música y con un papel en la mano. Cuando se le ocurre algo, lo apunta”.

Pero hubo barreras para que el disco saliera adelante, pues un día, tras terminar un concierto, Alex “se dio cuenta que esos papeles que trataba de darle forma al nuevo disco, desaparecieron del camerino. Le robaron sus nuevos temas y tuvo que empezar desde cero”, reveló Helders.

FICHA TÉCNICA DE ARCTIC MONKEYS: HUMBUG

Discográfica: Domino


Año: 2009

Lo mejor:  

-La producción del disco, que corre a cargo del virtuoso Josh Homme (QOTSA, Kyuss, entre otros)

-La consolidación de los Arctic como un grupo de culto dentro de la enorme masa musical indie británica

-No pierden, pese a ser un disco diferente, el sonido más 'monkeniano'

Lo peor:

-Quizás se eche en falta más cambios bruscos como en los anteriores discos o esos himnos melódicos fácil de memorizar

Puntuación:









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