Se abre el telón y se ve a unas hormigas tocando instrumentos musicales, a un reno haciendo lo propio y dos seres vestidos con escafandra que dicen ser astronautas. No en vano, se sientan tranquilamente con guitarras en mano y comienzan a interpretar clásicos terrenales y, hasta hacen chistes sobre personalidades famosas del mundo de la televisión. Eso sólo era el comienzo de lo absurdo, pero terminó siendo peor. ¿De qué se trata? Mundo Idiota 2009.
Era imposible acuñarse otro apelativo que le fuera más de acorde a lo que representa Mundo Idiota, el que se ha convertido en el festival más cómico de la música contemporánea doméstica. Cada vez hay más grupos de este calibre, más conciertos con los que resarcirse de sus tonterias anteriores en escena y, sobre todo, más fanáticos que acompañan a sus verdaderos protagonistas.
La segunda edición del festival de lo absurdo por antonomasia congregó a más de dos mil quinientas personas en la Sala La Riviera el día 31 de octubre. Los aledaños de la afamada discoteca madrileña se recubrieron de litronas de cervezas, cartones de vino y sus mezclas y, sobre todo, mucha gente con humor e ironía. El buen rollo es la carta de presentación y lo más importantes siempre en estas citas. De eso, los allí presentes, van sobrados. Caretas de Scream, cuernos de diablo, colmillos de vampiros o gorros de brujas fueron algunos de la parafernalia halloweeniense que se dejaron ver previo a la noche de los Santos Difuntos.
Los encargados de abrir el festival fueron los componentes de El Hombre Linterna, que sorprendieron con su puesta en escena. Las que dan vida a las hormigas del programa de Cuatro El Hormiguero, dieron un gran concierto junto al resto de integrantes de la banda con canciones de trasfondo de series de dibujos animados. Con una puntualidad anglosajona, turno para El Reno Renardo. Con canciones rockeras y cambiando las letras a himnos de la época dorada del pop español como Camino a Soria (Camino Moria) y muchos más de sus dos álbumes, se hicieron con el respetable.
Mamá Ladilla era uno de los alicientes de la tarde-noche, aparecieron en tercer lugar. Fue el grupo que provocó más movimientos de caderas a los largo del festival, pues sus canciones con un tono más suave y más dinámico causó amansar a las fieras.
Y, para el final, lo mejor y más absurdo del día: Los Gandules. Que no se presentaron al salón de actos solos con su típico sofá de comedor acoplado sobre el escenario. No. Esta vez, estuvieron acompañados por una banda musical y una charanga, los Artistas del Gremio. La combinación resultó sobresaliente en todos los sentidos. Todos congeniaron a la perfección, incluso en las bromas improvisadas, también tenían su momento de gloria cada uno de los integrantes. El humor directo y expresivo contagió carcajadas entre canción y canción al público, que esperaba ansioso su actuación. No defraudó, incluso se atrevieron a decir que fue uno de “los mejores conciertos que hemos dado” en su gran carrera profesional.
Para los que no se quedaron saciados de tanto sarcasmo, podrán hacerlo el próximo 14 de noviembre en la Sala Ocho y Medio con las actuaciones de Engendro y Fecal Coproboys, en otra fiesta un tanto idiota.