El nuevo disco de Metric suena descarado e innovador, sobre todo en Canadá. Los canadienses presentan su cuarto álbum de estudio con la consagración de ser catalogado como el mejor grupo indie del país y lo demuestras con temas como la maravilla Help in Alive.
La belleza artística está en la calidad, pero la calidad está en el gusto, por tanto, la calidad y el gusto es relativo y muy personal. Nada es objetivo 100%, por lo que se podría afirmar. Hay obras maestras que pasarán a la historia por el contexto, la situación, lo que provocó, su enorme influencia o, sencillamente, por la espectacularidad del proyecto.
Pero, hay otras, en cambio, que son grandes creaciones por lo que han supuesto a una persona y un recorrido de sentimientos y anécdotas que jamás deberían ser pasadas por alto. Esa es la perfecta definición de Fantasies, el nuevo álbum de Metric.
La banda canadiense se ha ganado, poco a poco, el respeto de la crítica y de la prensa en su país con su rock metódico y bien coordinado. Reconvertidos a héroes de leyenda musical en su país de origen, ahora les toca el turno abrirse al mercado internacional, además de Estados Unidos, donde ahora están de gira.
Este cuarteto nació hace once años, pero hasta hace muy poco no tuvieron el respaldo de la gente y productores. Se dieron a conocer gracias a que varios temas suyos como Gold Guns Girls han aparecido en series de televisión con gran audiencia en América. Séquito, Gossip Girl o Zombieland han provocado que el talento de los canadienses sea más reconocido en la actualidad.
Seguramente Fantasies no sea el punto de inflexión de un antes y un después en la música, pero sí en su país, pues hace tiempo son considerados como uno de los grupos más innovadores de la última década. Sonidos de samplers, un piano que concuerda con exactitud con las seis cuerdas del guitarra y una potente batería marcada siempre por un excelente bajo, son los puntos básicos de este gran grupo. Si a eso se le añade el picante necesario, puede que la receta fluya y se convierta en un manjar digno de restaurante de tres tenedores. Y así es.
El ingrediente que da brillo a esta talentosa formación tiene nombre y apellidos: Emily Haines, la cantante. No tiene una preciosa voz, no juega con los graves y agudos. Resulta, a veces, monótona sin oscurecer ni blanquear el estado del que la escucha. Pero en la música no siempre todo tiene un porqué. Este es el claro ejemplo. Un sonido dulce, discreto, sin dar una voz más alta que otra, sin que los juegos de luces del equipo musical sufran cambios bruscos, se puede llegar a trasmitir mucho más que las Aretha Franklin, Janis Joplin o Beyonce de turno.
Help in Alive se convertirá en su himno desde ya y su protagonista en producto internacional de la moda. Su hermosura en las cuerdas vocales son mucho mayores que las físicas, pero su melena platino holgada sobre los escenarios, con esos movimientos arrítmicos de caderas y hombros, no pasarán desapercibidos para los mejores modistos. Sick Muse es atrevida, arriesgada y digna de clichés indies por el sonido de fondo de la guitarra. Twilight Galaxy es una mezcla de producto de los nuevos Radiohead y los primeros The Cars. Suculento, cuanto menos. Gold Guns Girls, Stadium Love y Gimme Simpathy cogen carrerilla con buenos sonidos y fuertes cambios bruscos para finalizar un magnífico disco que dominará una generación en Canadá.