El aire intimista y folk que sobrevuela Chang y Eng deja bien a las claras que las canciones aquí contenidas no miran al pop de Deluxe, sino que continúan con la carrera de una pequeña banda que nació hace catorce años, y que vio plasmadas sus primeras creaciones en un debut homónimo y de limitada distribución que se materializó en el año 2000.
López y Arias se van repartiendo los cortes de un trabajo tranquilo, con letras que nos hablan de pequeñas historias cotidanas y que predominan sobre la instrumentación, reducida a un acompañamiento de lujo del poder de las palabras aquí incluidas (hay quien, debido a dicha austeridad sonora, no duda en compararlos con Kings Of Convenience). De todos modos, dentro de la homogeneidad folky de Chang y Eng podemos encontrar cierta variedad: hay toques de blues y soul, pop tradicional, y se echa mano de algún piano, una armónica e incluso una trompa.
Estamos ante un tercer álbum que se ha elaborado sin estridencias de ningún tipo, dando preponderancia a la poesía y a las imágenes literarias en él contenidas. Lovely Luna han jugado a despojar a la música de sus elementos más superfluos, y se ciñen a lo esencial para crear diez cortes que planean sobre melodías sencillas y bien urdidas por sus creadores, dejando espacio para la escucha pausada y detenida de lo que se dice.