Calvin Harris es de esas promesas incipientes en nuestro país y un ídolo de masas en sus islas británicas. Con un cuarto de siglo de vida, el cantante, productor y DJ no ha parado de componer música para él y para otros muchos artistas de renombre, entre ellos Kylie Minogue. Este escocés ha sido capaz de salir de gira con Faithless o Groove Armada y estar a la altura, como tener la sangre fría para negarse a colaborar con la artista más excitante de los últimos años, Lady Gaga. Harris madura, se hace mayor y pierde la vergüenza con su segundo disco de estudio: Ready For the Weekend.
En estos tiempos que corren, llegar a ser un gran artista es un largo camino y, en algunos casos, muy peligroso. Para ello, has de rodearte de gente de fiar y, sobre todo, maravillosos productores que conviertan la música en fuente de negocio y bailable. Calvin Harris ha conseguido todo eso como productor y, ahora, lo consigue como creador y DJ.
Ready For the Weekend es un homenaje a toda esa trayectoria personal que, pese a sus 25 años, ha desencadenado en ser catalogado como una eminencia en su país, Escocia. La obra la cubre con poesía electrónica, sonidos maquiavélicos y un repaso a lo más conmovedor de la década que le vio nacer, los ochenta.
Ya desde los doce años, este afamado compositor se entregó de lleno a la causa y se encerró, literalmente, en su cuarto para obrar en lo que serían sus primeros ejercicios como DJ en base a unos órganos, samplers y teclados. Esta fase de dedicación extrema, le obligó a tener varios problemas de adaptación en su colegio que desencadenó en alteraciones mentales no muy graves.
Este tipo de situaciones sólo le ocurren a los grandes genios, que lejos de sucumbir, se evaden de la realidad y se aferran a un mundo espiritual con el que recrean toda una hipérbole de sensaciones que trasmiten luego en sus creaciones como autor. Harris, en su tarea como productor, abrió el camino más dance de la renovada Kylie Minogue, que con In My Arms volvió a crecer como cantante. En You Used To Hold Me deja restos de esa colaboración con la canadiense, al igual que en otro de sus tracks, Flashback.
Pese a trabajar conjuntamente y acompañar en giras a Faithless o Groove Armada, grandes instituciones de la música electrónica, Harris ha decidido darse un toque más independiente y optar por otros estilos. En su segundo trabajo, temas como Stars Come Out, Blue o Limits, dejan cierto parentesco sonoro con Digitalism o los últimos Daft Punk. También, con Dance With Me, aparecen sombras de los mejores Basement Jaxx.
Los títulos más personales son los dos primeros singles, que son más comerciales, dignos de campaña publicitaria con un ritmo muy pegadizo y bailable en cualquier discoteca de verano: Ready For The Weekend y Im Not Alone. Con esas influencias y esas señas de identidad tan fijadas, se entiende, musicalmente hablando, que rechazara colaborar en algún momento con la nueva diva del pop internacional, Lady Gaga, de quien piensa, a pesar de todo, que es una “gran artista".