Un trabajo cuidado y original que pese a lo arriesgado de la propuesta en su fusión de Pop japonés y heavy metal gustará a todos los amantes de los 'Guitar Hero' en versión instrumental.
Después del descalabro de crítica y público de su anterior y poco afortunada obra en solitario (Future Addict de 2008, compuesta mayoritariamente por regrabaciones de antiguos temas propios con otras bandas) cualquiera hubiera pensado que el virtuoso guitarrista americano nominado a cinco Grammys y ex Megadeth volvería con un disco similar a su exitoso Loudspeaker (2006), y nada mas lejos de la realidad.
Como su nombre hace presagiar Tokyo Jukebox es un disco de covers de bandas japonesas, pero afortunadamente con un retorno al buen gusto del afamado músico. Por todos es sabida la pasión de Friedman por la cultura y especialmente la música japonesa, y de hecho reside en Tokyo desde hace siete años como forma de acercarse lo máximo posible a lo que él mismo ha denominado como su influencia principal como guitarrista en los últimos años. Allí se ha convertido en una verdadera estrella mediática y en uno de los artistas mas populares gracias a su trabajo como presentador o colaborador de varios programas musicales en la televisión nipona como Rock Fujiyama, Heavy-Metal San o Jukebox junto a rostros populares del país, ha girado como guitarrista invitado de ídolos musicales japoneses como Ami Suzuki, Nanase Aikawa o Kirito, y es columnista habitual de varias famosas publicaciones musicales y en un diario de tirada nacional.
Con este amplio curriculum es normal que en algún momento su interés por la música nipona aflorara y así ha sido el pasado año en forma de este tributo a las canciones preferidas del artista dentro del J-Pop (sobretodo) y J-Rock nacional, eso sí, desde una perspectiva metálica y melódica muy interesante para el oyente en la que Marty se explaya a gusto en la principal característica que según él posee el Pop japonés: su heterogénea y deshinibida mezcolanza de estilos conservando aún así su propia originalidad.
Así tenemos desde la apertura un tema bastante reminiscente del Speed metal como Tsume Tsume Tsume (de Maximum the Hormone) con interesantes cambios de ritmo, y ya haciendo gala de esa mezcla entre metal y melodía pop. Gift (gentileza del famoso grupo nipón Mr. Children) sigue la estela con mayor protagonismo melódico y con un fraseo popero que realmente engancha desde la primera escucha. Amagigoe casi parece una continuación del anterior tema en cuanto a melodía, aunque algo más rápido y con una base rítmica más contundente (cortesía de Jeremy Colson) y no es una versión de J-Pop sino de una famosa cantante japonesa, Sayuri Ishikawa con la que ha colaborado personalmente Friedman. Story es un tema mas lento y en donde se ve mas claramente su bis popera pero que sigue siendo igualmente interesante escuchar gracias a su pegajosa melodía, quizás la que mas engancha del redondo.
Polyrhythm es otro gran corte (una versión en este caso de un hit del famoso grupo de J-Pop femenino Perfume) que pese a su reiterada melodía es difícil no disfrutar. KaritakuNattayo incluye un sampler vocal histriónico al inicio, es más rápido y cañero y mantiene la melodía de Gift mientras que Tsunami comienza con un suave oleaje y es otra pieza lenta, tranquilizadora y casi hipnótica pese a su título. Yuki no Hana es otra canción que pasa por la trituradora metálica de Marty transformado en un tema mas lento aunque inconfundiblemente metálico (eso sí cortado en su tramo final al mas puro estilo Dream Theater). Eki posee también velocidad y cualidad melódica y tiene unos samplers rítmicos interesantes. Sekai ni Hitotsu dake no Hana vuelve a tener más ingredientes de Speed metal en su estructura la cual permanece igualmente veloz y melódica.
Romance no Kamisama, con la ayuda de un piano, es la bonita balada acústica del álbum e incluye riffs muy emotivos y Ashita e no Sanka es la única con un distintivo sonido a música tradicional japonesa que cierra el redondo de manera sinuosa, evocadora y perfecta.
Tokyo Jukebox es un trabajo cuidado y original que pese a lo arriesgado de la propuesta en su fusión de Pop japonés y heavy metal gustará a todos los amantes de los Guitar Hero en versión instrumental y nos hace recuperar la confianza en la carrera en solitario de ese virtuoso de las seis cuerdas que liderase durante una década uno de los mejores grupos de Thrash metal de la historia.