Surgido durante la ola de cantautoras que se dio en España entre 2008 y 2009 –junto a nombres como Russian Red, Alondra Bentley o Anni B. Sweet–, el trío procedente de Madrid (aunque cuente en sus filas con una americana y una australiana) vuelve a la actualidad después de sorprender gratamente a la crítica y al público con Puzzle shapes, un álbum donde hacían gala de su gusto por el indie folk más delicado.
Paper birds, que no es sino un EP con sólo cuatro nuevas canciones, es una nueva muestra del talento de Josephine, Alisha y Aurora para crear desde la aparente sencillez unas trabajadas composiciones que basculan entre lo comercial y los platos para paladares exquisitos, entre el pop deslumbrante y el folk más intimista. Boat Beam saben sonar dulces y delicadas sin caer en la sensiblería ni en los tópicos más sonrojantes, manejando el tempo de temazos como la inicial Shadow pool, bucólica y deslumbrante.
También destaca por méritos propios la crítica social que se esconde detrás de Commitment to the company, donde sobresale la voz por encima de todo. Cierra este trabajo, tras el tema que le da título, Ill wind, un estándar del jazz –data de 1934– que la banda hace suyo, y donde se mueven por otros terrenos más nocturnos.
Pero, independientemente de su innegable calidad musical, si por algo merece que se hable de este EP es por su vocación altruista: Boat Beam y Origami Records renuncian a su beneficio económico en este disco, donando todo lo que se recaude a la organización Intermon-Oxfam. La edición física de Paper birds está limitada a 200 unidades para coleccionista, y se trata de un digipack hecho con materiales reciclados y firmado por las tres integrantes del grupo. Solo se pondrá a la venta en sus conciertos, y a través de la web de Origami Records. La edición digital, que incluirá la portada y un pdf con las letras cuesta sólo 2 euros, y también se vende exclusivamente a través de la mentada página web.