Viernes 28 de mayo
Spoon
El grupo de Austin abrió una jornada intensa, y como tal, estresante. La banda liderada desde hace catorce años por Britt Daniel, se desenvuelve a la perfección encima de los escenarios con su apta propuesta de indie-rock. El viernes tuvieron cabida desde algunos de sus hits más aplaudidos, hasta sus últimas propuestas del reciente Transference (donde el sintetizador cobra cierto protagonismo), pasando por sus dispersiones de guitarras eléctricas y distorsionados que pese a la furia parece que cada acorde esté en su sitio. En todos los terrenos que tocaron se movieron como pez en el agua.
Beach House
Una de los momentos más álgidos del festival pasaba por el pop cristalino y brumoso de los norteamericanos Beach House. Los de Baltimore, consiguieron hacer levitar al personal que se amontonaba en el concurrido escenario ATP con su sonido de corte evocador y soñador a pesar de las dudas que había de ver su actuación en un escenario abierto. El temperamento vocal de su melenuda cantante fascina a la altura de un Jon Anderson de los Yes o de Jim James de The Morning Jacket. Como ellos, su delicada voz logra sumergir al oyente a estados de ánimos extasiaos, tal como ocurrió cuando interpretaron “Zebra”, “10 Mile Stereo” o “Take care”.
Wilco
Los norteamericanos son una apuesta segura en cualquier festival. Su tercera visita al PS se dio por votación popular, y los de Chicago no defraudaron. Jeff Tweedy y los suyos volvieron a demostrar su gran solidez en el directo, consiguiendo un repertorio sobrio, que encumbró sus mejores momentos con los clásicos de su repertorio y con los temas de tiempo reposado (“One Wing”, “A shot in the arm”), que recordaron a bandas como The Band, referentes del sonido en que Wilco parece mirarse a veces.
Panda Bear
Noah Lennox, componente de Animal Collective, defraudó a los presentes en el show del Primavera con su alias Panda Bear. A pesar de haber creado, el que para muchos, es uno de los mejores álbumes de la primera década del siglo (Person’s Pitch), Panda Bear y su obsesión para el escapismo más experimental no logró conectar con la audiencia que se alejaba del escenario Vice. Bear se encasquillo en su inminente nuevo disco, y esa decisión no tuvo la respuesta deseada en un show que ya empezó mal, y tarde, por culpa de problemas técnicos con las proyecciones de vídeo, y el sonido que salía de la guitarra y el sintetizador de Noah.
Pixies
El otro plato fuerte del día, junto con Wilco, pareció contentar con creces a los fieles que se abocaron al escenario principal patrocinado por San Miguel. Los norteamericanos ofrecieron un recital plagado de grandes momentos, favorecidos por la batería de himnos que poseen y que lanzan a la perfección desde su situación privilegiada en los escenarios. Pero también destacaron por sus intromisiones al rock duro, al noise, a las guitarras afiladas, e incluso por las canciones en un indescifrable español (¿Spanglish?).
Yeasayer
El pop refrescante, bailable, adictivo, y de trazo psicodélico le costó arrancar en las lejanías del escenario Vice. Pero poco a poco los de Brooklyn fueron forjando en el escenario ese sonido tan suyo, donde se mezclan los géneros de diferentes latitudes, y de diferente color.
Diplo
Conocido por su faceta de productor al lado de su novia M.I.A, el norteamericano Diplo se puso en los platos para abordar una intensa sesión que desquitó a los feligreses del cansancio acumulado a lo largo de la jornada. Su insaciable búsqueda de nuevas música a lo largo y extenso del planeta fue la partida conceptual que guió su set. Sumando esto a ciertos hits del momento (La Roux, Hot Chip, y la propia M.I.A) que hicieron bailar hasta el último de los asistentes. Un show demoledor y frenético que puso la guinda a una gran segunda jornada