Sábado 29 de mayo
Clare and the reasons
Delicioso aperitivo el de este grupo a medio camino entre Nueva York y París. Sustentado en la dulce y preciosa voz que destila la hermosa Clare Muldaur, Clare and the reasons ofrecieron un íntimo concierto en el Shangri-la del festival, el Auditori. Su pop preciosita resultó excelente en ese marco, gracias también por el buen trabajo de la pequeña orquestra que acompañaba a la de Nueva York, y a la labor de Van Dyke Parks en uno de los temas
Van Dyke Parks
El veterano músico siguió a Clare and The Reasons (sus ahijados) haciéndose acompañar por tres músicos de esa banda. El escenario era el refugio musical que configura el Auditori de Barcelona, pero la distancia recorrida fue mayor que la del concierto que precedía. Este músico entrañable, que se ganó al público ya con sólo sus constantes agradecimientos y su sentido de humor, propuso un acogedor viaje de fantasía melódica por diferentes territorios de su tierra adoptiva. Conocido por su faceta como arreglista, en el festival barcelonés, el músico, por primera vez en nuestro país, demostró el porque de la admiración que se le profana con un cancionero lleno de imaginación y de melodías hermosas cuidadas al detalle.
Florence + the machine
La escocesa pasó como un vendaval por el escenario grande del festival. A pesar de su juventud Florence Welch dejó claro, como en conciertos como el sábado, que aspira a convertirse en la nueva diva del pop. Maneras no le faltan, se desenvuelve con mucha gracia por el escenario, sus canciones pop con ciertos arreglos sofisticados convencen, su chorro de voz es asombroso, y su aspecto de ninfa ayuda a retener (y a vender) su imagen. Algo así debieron pensar los asistentes entre el público que se volcaron con ella en temas como “Rabbit Heart” o “You’ve got the love”
Grizzly Bear
El tibio arranque con sus dos primeros cortes, hizo presagiar lo peor: ¿es viable transmitir en directo la perfección arreglista del impecable Veckatimest?. Los de Brooklyn no se acicalaron ante el mal inicio, y armados de valor se diversificaron en múltiples facetas instrumentales para reproducir esos arreglos de pop barroco que alzó su último disco como uno de los mejores del pasado año. Incluso permitieron desplazarse a territorios más ajenos al pop y al folk con explosiones de nubes eléctricas creadas con el potente sonido que surgía de sus xilófonos, guitarras, baterías, bajos, flautas, oboes, y hasta transistores de radio.
Gary Numan
Poco se vio de esa figura sombría del synth-pop de los ochenta. Gary Numan se hizo acompañar de un grupo de músicos que parecían salidos de los descartes de la gira de Evanescene. Pero tampoco acompañó un repertorio que navegó por el un-metal y el gótico post-adolescente de 30 second to Mars.
Pet Shop Boys
Muchos habían asistido a la cita de la ciudad condal sólo para ver a este dúo mítico de los ochenta. Y seguramente no quedaron defraudaos por el colorido que impregnaba todo su espectacular montaje, y por el pop enlatado sin signos de improvisación posible que surcaba el aire del escenario San Miguel.
Orbital
Los ingleses volvieron a la capital catalana un año después de su actuación en el Sonar, y a diferencia de ésta, su música no obedeció a los temas que los han transformado en unos clásicos de la música electrónica, sino a una tibia sesión que tan sólo consiguió llegar a los más vitaminados de la noche.
Dj Coco
El habitual dj de la sala Apolo puso el colofón final a esta gran fiesta de la música, con una acertada mezcla de temas clásicos, rock sesentero, y nuevos clásicos de la talla de Arcade Fire. Un gran número de personas ataviadas con grandes sombreros mejicanos encima del escenario pusieron esa puntilla final festiva, a medida que el sol iba alzándose a sus espaldas.