Desde siempre se ha dicho que los grandes artistas son los que hacen discos diferentes, los que se suelen reinventar, musical o estéticamente hablando. Que den de hablar, eso ya va a juego en relación a la personalidad de cada uno o el personaje que quiera aparentar fuera de los escenarios. Lo que está claro es que la experiencia es un grado y M.I.A, madre desde hace un año, ha vivido mucho desde su anterior álbum al último, MAYA.
La rapera se ha consagrado con su tercer álbum, precisamente el que dicen los entendidos que es el examen selectivo para integrarse dentro de los elegidos e interpretaciones a tener en cuenta. MAYA cumple todos esos requisitos en los que la inglesa, de 33 años, ha sabido plasmar su carácter renovador, interés por conmover, arriesgar y, sobre todo, saber interpretar el contexto en el que se sitúa actualmente.
A parte de todo esto, no todo ha sido un camino de rosas para la de Hounslow, que en menos de un mes ha visto como se filtraba su Born Free y, poco más tarde, como vetaban de Youtube el clip del propio tema. En él, se reflejaban duras imágenes de índoles racistas y violentas. El vídeo, rodado por el director, siempre polémico, Romain Gavras, fue tachado como una obra que alentaba a la violencia.
Todo esto, con la promoción del disco de por medio, creó problemas pero, como suele suceder en estos casos, tampoco le vino mal que se hablara y polemizara al respecto. Dentro de la parafernalia que mueve las mentes privilegiadas de los raperos, se ha manejado en el maquiavélico fraseado de “lo que no me mata, me hace más fuerte” para levantarse de todas esas conjeturas y lapidaciones dialécticas que ha sufrido M.I.A.
Y así ha sido, porque el disco ha causado más revuelo del que se esperaba. La inglesa, no sólo ha roto con su anterior estereotipo, si no ha cortado, de raíz, con las tendencias y cánones de la música negra actual en varios de los temas de su tercer trabajo de estudio. Steppin Up es la definición absoluta del disco. Una recopilación sonora de los mejores agujeros taladrados en una casa cualquiera es la base de la canción, que es, por momentos, irresistible. Roza lo absurdo, porque el tiempo en el que no se escuchan los soporíferos ruidos, el tema es destacable.
XXO recuerda a la Lady Gaga más puritana en voz y un ritmo muy del estilo de su canción Telephone, pero los latigazos hiphoperos, desarman la hipótesis para meterla dentro del desván de la M.I.A. de toda la vida. Tequila y Lovalot recogen esa nueva línea que quiere llevar, hasta el momento en que se atreve con otra vertiente, el reggae, en It takes a muscle.
Pero si hay que elegir dos canciones que demuestren el sello de la nueva M.I.A. esas son, sin duda alguna, Born Free y Meds and Feds, con clara tendencia hacia el punk-rap. Casi imposible poder conectar dos ritmos tan dispares y diferentes, pero la electrónica es capaz de hacer cosas inimaginables, casi intangibles e increíbles. Para eso está M.I.A., para hacer creer en la música y en que no todo está inventado en la música actual.