El guitarrista de Barricada nos explica los detalles de los últimos conciertos de la gira "La tierra está sorda" antes que el grupo se tome un año sabático.
Barricada ya ha cumplido 28 años. ¿Cómo se siente el grupo?
La banda está muy a gusto. Nos sentimos en forma, tanto física como mentalmente, que son factores importantes para poder llevar esta vida. Y seguimos disfrutando mucho cada vez que salimos al escenario y a la carretera, aunque a algunos les parezca mentira. La verdad es que estamos deseando que llegue el fin de semana para coger la furgoneta, salir de viaje y encontrarnos con ese público que tanto nos mima.
Personalmente, ¿cuál crees que es la clave para seguir en la carretera después de tanto tiempo?
Sobre todo, la diversión. Por supuesto, tiene que gustarte este trabajo y hay que tener muy claro que no todo es tan bonito como se ve desde fuera. Es un oficio duro y hay que ser consciente de ello antes de entrar en este mundo. Aquel que esté pensando en ser músico para no pegar pie con bola, seguramente lo deje en cuatro días. Pero, por otra parte, es un trabajo muy reconfortante. Cuando llegas al directo, que es la recompensa a todos tus esfuerzos, y ves a toda la gente apoyándote y cantando tus canciones te das cuenta de que vale la pena y no lo cambiarías por nada.
En estos últimos años parecéis más inquietos que nunca, con proyectos como Latidos y mordiscos, 25 años de Rocanrol o la gira Otra noche sin dormir...
Son proyectos que rompen la rutina que podría llegar a instalarse en cualquier grupo. Así, te planteas retos y consigues que siempre haya ilusión por cosas nuevas. Eso es muy importante y creo que también es parte del secreto de que llevemos tanto tiempo. A parte de que nos lo pasamos muy bien, también nos gusta hacer cosas diferentes y asumir ciertos riesgos. Quizás algunas ideas nos han salido un poco peor, como el caso de discos como La araña o Insolencia, pero siendo conscientes de ello y sabiendo que son cosas que pueden pasar.
Además, cuando te equivocas también aprendes...
Eso está claro. Por otra parte, estamos muy orgullosos de esos dos trabajos y creemos que fueron álbumes muy necesarios para llegar al punto en el que estamos ahora. Simplemente, hay veces que no coinciden los gustos del público con los del grupo. Pero, nosotros siempre pensamos en estar satisfechos con nuestro trabajo y que nos guste la música que hacemos.
Y eso que Barricada tiene una hinchada muy fiel...
Estamos muy agradecidos a toda las personas que nos siguen y recorren muchos kilómetros para vernos. Esa gente se merece un respeto enorme y por eso nos gusta darlo todo, y un poco más si es posible, tanto en las grabaciones como en los directos. Además, los discos y las entradas tienen un precio y por eso no queremos repetirnos año tras año como hacen otros artistas. Preferimos que nos cueste un esfuerzo.
También se sale de la norma vuestro último disco, La tierra está sorda. Por si todavía hay algún despistado, ¿en qué consiste este trabajo?
Es un trabajo sobre la represión que ejerció el bando franquista sobre la población civil. Personalmente, destacaría que tiene unas letras muy emotivas, fruto de un gran trabajo realizado por El Drogas. Leyó muchos libros y habló con muchas personas, incluso con testimonios directos de la guerra civil y familiares de represaliados. Además, la música también acompaña todo ese sentimiento que destilan las letras. Creo que el haber conjugado de esta forma música y letra explica el éxito del disco. Cuando se supo que el grupo iba a hacer un disco sobre la guerra civil hubo mucha gente que pensó que sería un trabajo triste, acústico... tipo cantautor. Sin embargo, creo que hemos sabido mantener el sello Barricada. En los momentos necesarios hay rabia y, en otras ocasiones, hay elementos más acústicos. Por otra parte, es un álbum hecho sin ningún tipo de complejos a la hora de escribir melodías, hacer coros e, incluso, introducir instrumentos que normalmente no utilizamos. Me parece un disco muy bueno, muy acertado, y el producto de un trabajo de muchos años.
La tierra está sorda ha dado pie a una serie de charlas y conciertos acústicos en institutos y centros sociales. ¿Qué balance hacéis de esta experiencia?
Ha sido muy bonito. En realidad, esto surgió de un par de institutos de Aragón y de un profesor de la C.N.T. amigo nuestro que le comentó a El Drogas que podría aprovechar todas las lecturas que estaba haciendo para dar una charla a sus alumnos. Nosotros le dimos vueltas al asunto y pensamos que, en lugar de hacer una conferencia al uso, sería mejor ir presentando las canciones y explicando su temática en un concierto acústico muy básico. Empezamos con la idea de hacer tres, pero se corrió la voz, empezaron a llamarnos de todo el país y, al final, hemos hecho veintisiete. Pero la experiencia ha sido muy buena y, a pesar de que los chavales no participaban mucho porque con 14 años son un poco cortados para estas cosas, sí ponían mucho interés. En los conciertos en centros sociales sí nos sorprendía ver como algunas personas mayores contaban historias de sus padres que ponían los pelos de punta.
Al final, el disco ha ido mucho más allá de la música y se ha convertido en un ejercicio de interacción.
Esa era la intención. En nuestro afán por hacer cosas diferentes fueron saliendo estas ideas y proyectos que han dado un carácter didáctico a nuestro trabajo. No hemos pretendido ir de maestros, pero si hemos conseguido que los chavales pongan más interés y recuerden esas clases ya nos damos por satisfechos.
En el pasado tuvisteis problemas a la hora de publicar algunas canciones. Ahora, al tratar el tema de la guerra civil, ¿habéis sufrido algún tipo de presión exterior?
En este caso, no. La discográfica sabe con quien está y cómo somos. Y, por supuesto, también sabe que nunca vamos a admitir ningún tipo de cambio en nuestras canciones. Además, afortunadamente, a la gente con la que trabajamos también le gusta este tipo de ideas. Por otra parte, al sello también le viene bien porque ofrecemos cosas diferentes y material adicional ahora que se venden pocos discos. Eso sí, siempre salen los típicos comentarios de personas que piensan que no es conveniente remover el pasado. Sobre todo de individuos que han estado disfrutando durante décadas en el lado de los vencedores.
¿Cuál ha sido la respuesta del público en general, tanto al disco como a la gira posterior?
La respuesta ha sido muy sorprendente. Desde el principio anunciamos que este año daríamos conciertos de tres horas. Durante la primera parte, de hora y media, se tocan íntegramente los dieciocho temas de La tierra está sorda. El repertorio de la segunda parte, de otra hora y media, está formado por todos los clásicos. Nosotros pensábamos que iba a haber mucha diferencia entre ambas partes y que, durante la primera, la gente se iba a quedar mirando, sin ser tan participativa. Pero se nota que el público ha escuchado el disco y canta todos los temas. Así que estamos gratamente sorprendidos. El planteamiento de la gira era totalmente diferente: el escenario sufre algunos cambios durante el concierto; Iker Piedrafita, que ha producido y grabado el disco, nos acompaña y se convierte así en el primer músico que está con nosotros de forma estable con la intención de que los temas suenen lo más parecido a como están en el disco. La reacción ha sido muy buena y, aunque tocamos tres horas, siempre hay alguien que se queda con ganas y te comenta que no has tocado algún tema en concreto. Pero, si te dicen eso, quiere decir que el concierto no se hace largo ni pesado.
Ahora encaráis los últimos bolos del año en escenarios tan importantes como el Aupa Lumbreiras, la Riviera de Madrid o el Anaitasuna de Iruña. ¿Cómo van los preparativos? ¿Alguna sorpresa?
Ahora mismo, después de casi un año, está todo muy rodado y, por tanto, los temas salen solos. Músicos y técnicos estamos muy unidos y sabemos perfectamente cual es la misión de cada uno. Así que no hay ningún miedo en ese aspecto. En Madrid creemos que habrá una respuesta muy buena y, junto con Pamplona, serán las últimas ocasiones para ver el espectáculo de esta gira. Intentaremos dejar al público con la boca abierta y que todos nos quedemos con la sensación de que el esfuerzo ha merecido la pena. En principio, no tenemos pensado nada especial. Pero conociéndonos, quince días antes de los conciertos empezaremos a darle vueltas a la cabeza y seguro que surge alguna historia.
Según parece, el 2011 será un año más tranquilo, ¿no?
Más tranquilo no... será un año muy tranquilo. Vamos a tomarnos un tiempo de descanso como Barricada porque nos hace falta y llevamos muchos años sin parar. De vez en cuando viene bien liberarse un poco la cabeza y que cada uno se dedique a lo que quiera. Como a todos nos gusta mucho la música, seguro que nos pasamos los días tocando en casa o con otra gente, pero sin la presión habitual de viajar todos los fines de semana y sin ocuparse de las mil cosas que implican estar en un grupo.
Por ejemplo, El Drogas ha vuelto a trabajar con Txarrena. Y Alfredo Piedrafita, ¿está preparando algo?
A mi siempre me ha gustado escribir canciones. Ahora mismo tengo material y lo grabaré cuando Iker tenga el estudio vacío. Pero lo haré simplemente por el placer de grabar temas, no con la intención de publicarlo ni mucho menos de salir a la carretera. Tengo las composiciones y las voy grabando... sin más.
Y en el 2012, vuestro 30 aniversario... ¿habíais soñado alguna vez con llegar hasta aquí?
¡Qué va! ¡Para nada! Al revés, cuando teníamos poco más de veinte años no nos veíamos en un escenario pasados los cuarenta. Ahora ya estamos a punto de cumplir los cincuenta y seguimos estando a gusto. Mientras esto continue así y haya buen rollo entre nosotros y con el público, Barricada seguirá ahí.
Aunque todavía sea un poco pronto, ¿tenéis previsto hacer algo especial, como ya ocurrió con el 25 aniversario?
Queremos hacer algo especial, pero no porque sea el 30 aniversario. Ya festejamos el 25, así que tampoco es cuestión de celebrarlo cada vez que llegue una cifra redonda. Como he dicho anteriormente, tenemos intención de hacer cosas diferentes y especiales porque somos así. Ya estamos pensando en algún proyecto, que está más o menos claro... pero, de momento, vamos a dejarlo reposar en la cabeza durante todo este año y en el 2012 volveremos con algo nuevo.