La banda francesa ofreció un grandísimo espectáculo a sus seguidores en Nueva York y, además, quiso premiar a sus fieles seguidores con una sorpresa que nadie se esperaba entre el público. Daft Punk se subieron al escenario, tras tres años sin hacerlo, y tocaron dos temas suyos más uno de sus paisanos, 1901. Los toques electrónicos de los humanos robotizados y los rockeros de Phoenix hicieron una mezcla explosiva y maravillosa. Naide quedó indiferente, sólo satisfecho.