Enrique Morente, considerado uno de los grandes renovadores del cante flamenco, moría el lunes 13 de diciembre con 67 años de edad. Tras recibir el homenaje de artistas, personalidades y público anónimo en la sede madrileña de la Sociedad General de Autores (SGAE), los restos del cantaor descansan en su ciudad natal, Granada. Ahora, tenemos la oportunidad de conocer las últimas reflexiones de Morente gracias a la revista Vanity Fair.
En esta entrevista, el cantaor, que está acompañado por Estrella Morente, afirma que la primera vez que escuchó el cante de su hija “como profesional” se fijó “en su color de voz, en la textura” y ésta era “extraordinaria”. Por su parte, ella apunta que en el mundo de la música “no hace falta apresurarse, sino hacerlo bien”.
El maestro también recuerda la gira que, en sus inicios, le llevó hasta Nueva York, una ciudad que le dejó “impactado, no sólo por la cultura de la ciudad sino por la violencia, los asaltos, los conflictos raciales” que en España no existían. Sin embargo, Enrique afirma que “el descubrimiento en nuestro año fueron las drogas”. Muchos músicos flamencos sufrieron los estragos de estas sustancias, aunque el cantaor afirma que su única droga fue siempre “el cante y la guitarra”.