Sábado 8
Fin de fiesta, para variar, en el Sant Jordi Club. Algunos conocidos nos comentan el buen hacer de The Monochrome Set y Redd Kross la tarde de anterior en el Artèria Paral·lel, a la espera de que Toy salten al escenario. Los londinenses se han convertido en una de las grandes sensaciones de la temporada gracias a una apuesta cero innovadora pero ejemplarmente ejecutada y con innegable buen gusto. Su sonido de referencias cruzadas entre el krautrock de lo 70 y el rock más atmosférico de los 80 pasó con creces la prueba del algodón. Superaron la cierta linealidad de su disco con un directo mejorable en ciertos sentidos, sin la profundidad de campo de The Horrors, el referente más inmediato, pero que gana enteros por el mayor acierto melódico en la mayoría de temas. De lo mejor del festival y deseando que vuelvan en un recinto más idóneo.
Tras Toy la espera se hizo larga. Seis horas separaban una de las sensaciones de la presente temporada con el paso por Barcelona de unos de los grandes triunfadores de la pasada; The Vaccines. Parte de la culpa de que la espera se hiciera eterna recayó en Deerhoof. Su actuación plana, insustancial, falta de contenido y con el batería pasándose de gracioso en un intento de ponerse el público en el bolsillo con un macarrónico español, provocó que resultara difícil disfrutar de Mark Lanegan como el ex Screaming Trees y Queens Of The Stone Age merece. Acompañado de una formación impecable, dura y blusera, el estadounidense cautivó con su voz profunda y perturbadora y consiguió dotar un entorno frío de un aire caluroso y vesperal. Muy al contrario del Ariel Pink’s Haunted Graffiti cuyo atractivo pop psicodélico de curiosos y entrelazados aires sesenteros y ochenteros se fue difuminando a medida que avanzaba la actuación.
Finalmente llegaron The Vaccines. Tarde quizá. Consagrados con un Come Of Age que no ha perdido pizca del descaro y el encanto de What Did You Expect From The Vaccines?, los londinenses saltaron al escenario al ritmo de “Cum On Feel The Noise” de Slade y en piloto automático encadenaron sus hits irrefutables. Sonaron faltos de energía en algún momento, pero sus temas redondos y un público entregado dejaron más que un buen sabor de boca. Con mucho margen de mejora, eso sí.
Pequeños golpes van minando la salud de la música en directo. Días atrás se anunció que la edición 2013 del Faraday será la última. La incertidumbre se cierne sobre el FIB que a día de hoy sigue sin confirmar ni un solo artista, y el Primavera Club coge las maletas rumbo a Francia y Portugal. La edición gala se celebrará en Burdeos, mientras que Guimaraes seguirá como sede lusa. En breve se darán a conocer las fechas.
Adiós. Gracias. Y mucha suerte.