The Bewitched Hands han recogido todas las directrices de los 60 y las han adaptado a los nuevos movimientos con un resultado excelente.
Así sonaría cualquier banda de los sesenta si se digitalizaran todos los materiales de la época. No sólo por el sonido de las guitarras, el baile de batería o la voz y tono de su excepcional vocalista. Lo que realmente le dota de ese particularismo es el juego de coros que utilizan en cada una de sus canciones.
Otros rasgos son el tiempo de los temas: en su inmensa mayoría ninguna excede de los tres minutos, peculiaridad de las canciones de antaño; o los falsetes, tanto en coros como en voz principal, así como el piano y cambios de ritmo durante las canciones.
Estos franceses, que ya han compartido escenario con bandas ilustres actuales como LCD Soundsystem, se han ganado el respeto de la crítica musical en este pasado 2010 gracias a su magnífico disco de debut, Birds & Drums.
El CD abre con Happy with you. Pop de estilo, con mucha base añeja y de ritmos psicodélicos. Le sigue el tema que da título al disco, quizás el más alegre, juvenil y divertido de las trece que forman la grabación.
En Cold se desmelenan y, seguramente, sea su cara más arriesgada, pues producen sonido más sementera, más dirigido al punk-garage que el pop convencional que envuelve al disco. Los coros dulces y con sentido, dan paso a las psicofonías desagradables.
Work es lo más parecido a un hits que los propios The Byrds, The Kinks o The Hollies firmarían en un ‘The Very Besto of’. Out of Myself es una gran demostración de cómo crear canciones buenas en tan sólo minuto y medio.
Coros con falsete (Kings Crown), mezcla de guitarras acústicas, eléctricas o falsete como voz principal (24 Get), estribillos pegadizos (Sea) y sonido más actual (Sahara Dream) son las razones para definir un grandísimo disco de apertura de currículo. Para la redacción de Fandigital, este ha sido uno de los mejores discos del año, sin duda.