Algún valiente guerrero acuñó la expresión: “si no puedes con tus enemigos, únete a ellos”. El advenimiento de la era de la tecnología y el triunfo de las pistas de baile debían dejar a las guitarras, bajos y baterías en el baúl de los recuerdos. Sin embargo, algunos rockeros se resisten a que se cumpla la profecía, aunque para sobrevivir deban aprender a usar las cajas de ritmo. Grupos como The Faint, Interpol, The Rapture, !!! (ChkChkChk) o Radio 4 encabezan la rebelión.
La banda de Anthony Roman (bajo y voz) tenía la tarea de confirmar la sorpresa que significó la edición de su segundo trabajo “Gotham!” (2002). Para superar la reválida los de Nueva York han hecho un mayor uso de la electrónica y han incorporado un teclista a su formación. El resultado, “Stealing Of A Nation”, es un conjunto de canciones con líneas melódicas más sencillas y bailables que las de su entrega anterior.
Esto queda demostrado con los tres temas que sirven de arranque, “Party Crashers”, “Transmission" y “State Of Alert”. También hay momentos para la calma, gracias a las reminiscencias de dub jamaicano de “Nation” o “Coming Up Empty”, siguiendo la estela de bandas como The Clash o Public Image LTD. Unos ritmos que quizás encuentran justificación en la gran afición de Roman por el reggae y sonidos aledaños. Con “Absolute Affirmation” firman, simplemente, una perfecta canción pop.
Pero la música de Radio 4 no puede separarse del mensaje que ofrecen sus canciones. Si hace dos años analizaban la situación de su ciudad tras el 11-S, con este trabajo han ampliado su campo de visión. El propio título del disco ya lo anuncia: el “robo” de unas elecciones presidenciales, la conculcación de libertades públicas y la pérdida de derechos sociales a partir de la implementación de una política ultraconservadora. En ocasiones sus mensajes son menos trascendentes. Por ejemplo, “The Death Of American Radio” se convierte en una denuncia sobre la pérdida de independencia de los locutores en las emisoras de su país. En resumen, una gran oportunidad de bailar sin dejar de pensar.