La figura de Polly Jean Harvey emergió a principios de la década de los noventa con la edición de “Dry” (1992). Si sus trabajos anteriores junto al bajista Steve Vaughn y el batería Robert Ellis habían conseguido atraer la atención de una gran parte de la prensa británica, los discos editados con posterioridad a 1992 iban a ser recibidos con grandes alabanzas en todo el mundo. De esta forma, “Rid Of Me” (1993) y “To Bring You My Love” (1995) deben ser considerados como sus obras cumbres.
PJ Harvey quiso dar la bienvenida al siglo 21 con la edición de “Stories From The City, Stories From The Sea”, reflejo de sus experiencias en la ciudad de Nueva York cuando ésta conservaba las Torres Gemelas como parte de su Skyline particular. En aquel momento parecía que la gran ciudad había edulcorado la crudeza que destilaba una chica criada en una granja de Yeovil, Inglaterra.
Sin embargo, la británica ha decidido soltar lastre para confeccionar su último trabajo, “Uh Huh Her”. En el proceso se ha quitado tanto peso y tantos artificios que, como comenta en las notas interiores, sólo han quedado su voz y sus historias. El disco ha sido gestado desde una visión particular de los sentimientos personales. Para el parto, PJ Harvey se encerró en sí misma y en su casa para grabar las voces y todos los instrumentos excepto la batería, que deja en manos de Ellis.
El primer corte, “The Life & Death Of Mr. Badmouth”, tiene como guía una guitarra seca que nos retrotrae a los primeros años noventa. Los recuerdos continúan fluyendo con “Shame” y, sobre todo, “Who The Fuck?”, que se siente como una patada en la espinilla aunque sólo dure dos minutos y nueve segundos.
Las letras destilan amor, en ocasiones con desesperación como en “The Letter”, un grito de auxilio y socorro (“El tiempo se acaba, ¿puedes oír mi llamada?); en otras, con desprecio como en “The Darker Days of Me & Him” (“Promesas, promesas, me siento herida”). “Uh Huh Her” escuece, pero también significa el retorno de la mejor PJ Harvey.