Que a Ronnie James Dio se le reconozca como una de las voces más increíbles de la historia del heavy metal ya nadie lo cuestiona.
Desde sus inicios poco conocidos con Elf hasta la actualidad, se ha ganado el respeto de crítica y público. Por su labor en Rainbow, Black Sabbath y luego en solitario, alcanzó las más altas cotas de popularidad.
Los años y las modas pasan, pero su garganta permanece como en los mejores tiempos. En cada nueva grabación que edita no deja de sorprendernos el que se mantenga en tan buena forma.
Master of the Moon no es una excepción. Nada que objetar a las cualidades vocales de Ronnie. Su vitalidad sigue en un envidiable nivel. Aunque a veces su excesivo protagonismo condicione el sonido global de la obra.
En esta ocasión, ha buscado el lado más oscuro de sus cualidades como compositor y ha realizado un trabajo de difícil asimilación para el gran público.
El fresco y rítmico inicio a lo Rainbow, con One More For the Road, con un riff muy en la línea de lo que hacía Ritchie Blackmore hace años, sólo es un espejismo.
Una vez nos introducimos en el tema que da título al álbum, empezamos a percibir los primeros síntomas de oscuridad. Aparecen los medios tiempos, muy marcados por la batería de Simon Wright quien, después de su experiencia en AC/DC, cumple con eficacia en unas composiciones ideales para sus características.
Si en Master Of The Moon la atmósfera nos puede recordar a Black Sabbath, The End Of The World cuenta con una introducción guitarrera típica de AC/DC aunque luego fluya hacia otros parámetros y descubra unas líneas de bajo que, grabadas por Jeff Pilson, sirven para que Rudy Sarzo exhiba sus cualidades en directo.
El ambiente opresivo continúa manifestándose en Shivers, The Man Who Would Be King y The Eyes. La primera con un sostenido y cadencioso ritmo; la segunda, es una atmosférica y algo enredada balada donde Dio, escudándose en la metáfora, se compromete políticamente contra el actual presidente de Estados Unidos; y la restante, posiblemente uno de los mejores temas de la grabación, es otro medio tiempo de ritmos muy marcados con aires misteriosos y algún interesante efecto.
En Living The Lie, la grabación deja los temas agobiantes y nos devuelve a los momentos más rítmicos con profusión de guitarras. Es sólo el otro punto de claridad de un álbum de pocas luces.
El resto de las composiciones, I Am, Death By Love y In Dreams, están en una dinámica muy lineal, muy típicas. El vocalista exhibe sus cualidades en la primera, mientras que la última refleja de nuevo la sombra de Black Sabbath con un riff que podría haberse incluido, sin problema, en alguno de los primeros trabajos de la banda de Birmingham.
En general, las guitarras de Craig Goldy están correctas, sin entusiasmar, pero colocadas en su justo punto. Cumplen con su labor de apoyo a la voz de Ronnie y sometidas a sus directrices.
Master Of The Moon es una apuesta compleja, con pautas que pueden generar sentimientos contradictorios. Pero si algo se le ha de agradecer al cantante en esta ocasión, es no haber buscado el lado fácil componiendo estribillos pegadizos. Aquí no tienen cabida temas como Rock and Roll Children o similares. Es un trabajo maduro, poco accesible pero con el que se puede disfrutar si se tiene paciencia y se descubre su lado más oculto.
Sin duda, el gran maestro, bajo el hechizo de la luna, ha compuesto su álbum más enigmático en mucho tiempo.