Hay gente que le odia y que ha tratado de 'asesinar' su nuevo trabajo. Con ese argumento, George Michael, que en los últimos años ha tenido más presencia en los medios por polémicas como su reconocida adicción a ciertos opiáceos, ha salido con uñas y dientes a Twitter ha defenderse de las críticas.
Así, después de que su versión de True Faith debutara en una discreta posición (la 27 en el Reino Unido, uno de sus debuts más tibios), George ha atendido a los reproches de los medios -en particular a los de The Guardian- y ha dado sus réplicas: "gracias a todos los ... periodistas que intentáis asesinar mi trabajo, cosa que a menudo hacéis bastante bien", "me sorprende que tras 30 años actúen como si fuera novedad que no canto para niños" y en especial "el tour agotará todas las entradas", que llama la atención por cuanto anteriormente había afirmado que se mantendría alejado de la carretera. Al parecer, ahora hay planes de volver a los escenarios.
Entre varios problemas con el uso del corrector del ordenador que dieron para varios mensajes confusos, sí tuvo ocasión de aprender el funcionamiento de la red social: "es gracioso, aparentemente cuanto más insulto más seguidores obtengo". Ahora sólo falta que sus preocupaciones se centren en la música.