Parece que Bruce Springsteen quería remarcar aquello de que es americano y a mucha honra. Y en Londres nada menos, aunque los asistentes estuvieron encantados con el resultado del concierto que ofreció el pasado domingo en el Olympic Park, dentro del festival Hard Rock Calling. Se trató de un espectáculo rabioso e infalible de tres horas de duración, y con sorpresa.
El Boss tocó al completo, y con el mismo orden de canciones, su álbum de mayor éxito comercial Born In The U.S.A., el disco que le convirtió en el astro que es hoy en día en 1984 y del que se han vendido 30 millones de copias en todo el mundo. Desde luego, fue una apuesta radical aunque segura, pues el cantante y su mítica banda encandilaron a todos sus seguidores allí congregados.
Springsteen también pidió que sus fans eligieran algunas de las canciones que compusieron el setlist final e incluyó un tema dedicado al actor James Gandolfini que había fallecido el día anterior, que no fue otro que Born to run.