En estos tiempos de expansión de la corriente musical 'Indiísmo Ilustrado', es difícil desarrollar una catálogo de registros que regulen a las bandas para valorarlos en su estricta medida. Es posible hacerlo en base a su currículo, sonido particular o directos, por ejemplo. Hay muchos que necesitan confirmarse en el estudio tras un excelente debut, como ya ocurrió con los Arctic Monkeys.
En esta ocasión, los que sufren las consecuencias de la firma de un gran primer disco son The Pains of being pure at heart. Los neoyorquinos recibieron alabanzas de todos los medios especializados en música independiente, hasta tal punto de nombrarlos embajadores de una nueva especie de ola 'cool' surgida por tierras norteamericanas que labraron, hace dos décadas, My Bloody Valentine. No es para menos, pues su himno 'Young Adult Friction' fue uno de los hits del 2009, en los clubes más modernos de las capitales europeas.
Su sonido ochentero no pasa desapercibido para los amantes del pop, pues en él caricaturizan el modelo de la 'New Wave' que irrumpió en el núcleo de Manchester y que asoló a toda Inglaterra. 'Belong', su segundo álbum, ha entrado de lleno a los cuerpos más ajustados, envueltos por pantalones de pitillo y chaquetas de cuero. Son los Triángulo Amor bizarro de la escala internacional.
Diez canciones que representan lo que es, a día de hoy, el movimiento independiente, pero con ciertos destellos románticos al estilo de los 80, con temas como 'My Terrible Friend', digna 'rareza' de The Cure. 'Belong', en cambio, suena a The Pixies, con guitarras más cargadas, llenas de calidad e intensidad. 'Heart in yogur heartbreaker' es, sin dudas, una oda a Joy División. El bajo y los ritmos frenéticos del batería de la banda, recuerdan a Ian Curtis y los suyos de manera desproporcionada.
'Heavens Gonna Happen Now' es un tema casi dedicado a sus padrinos de nacimiento, My Bloody Valentine. En 'Strange' se vuelven un poco más ruidosos y duros, tema con el que cierran un magnífico segundo disco que los consagra como una de las bandas más destacadas de Nueva York, junto a Vampire Weekend, por hacerse con el dominio de la 'manzana' del rock independiente.