Tomás Hernández se esconde detrás de un pseudónimo muy literario para hacernos llegar su debut discográfico: una magnífica colección de momentos íntimos, sensibles e introspectivos con la mira puesta en el mejor folk anglosajón de todos los tiempos. En esta cabaña puede uno refugiarse de las tormentas vitales, pero también dejarse llevar por la sorprendente reinterpretación de todo un clásico de unos tipos tan duros como los mismísimos Metallica.
NOTA: Esta entrevista fue publicada en nuestra edición iPad en el número de diciembre de 2013.
Cuéntanos un poco de tu historia musical hasta la fecha. ¿De dónde surge este proyecto y este disco, y cómo llegan a concretarse?
La música siempre ha sido muy importante para mí a nivel personal, pero no fue hasta que me embarqué en este proyecto cuando empecé a tomarme en serio lo de escribir canciones. Esto fue resultado de varias circunstancias, entre ellas mudarme de Tenerife a Madrid y entrar en contacto con Pablo Cebrián, productor del disco. El primer tema lo compuse en 2010, así que supongo que se podría decir que Tom’s Cabin nació ese año.
¿De dónde surge ese nombre para el proyecto?
El origen del nombre de mi proyecto es evidentemente la novela ‘La cabaña del tío Tom’, aunque no tiene nada que ver con la novela en sí, sino con una broma que me hacían mis amigos hace unos años. Cuando estaba buscando un nombre, me vino Tom’s Cabin a la cabeza, y pensé que era perfecto porque reflejaba bien lo que la música significaba para mí: una especie de refugio.
Tanto el título homónimo como el diseño del disco sugieren austeridad y simplicidad, algo que también transmite tu música, aparentemente sencilla y desnuda.
La introspección y la soledad han sido herramientas fundamentales para mí a la hora de componer este disco, con lo que supongo que tiene sentido que la música sea reflejo de ello. Quería que el diseño fuera coherente con el espíritu del álbum, así que me decanté por algo que fuera lo más sencillo y limpio posible.
¿Crees que te has aproximado a la idea musical que tenías en mente, o como tantos otros creadores sientes cierta frustración al respecto?
No quería crear ningún tipo de música en particular, sencillamente escribir canciones, al igual que tampoco tenía una idea preconcebida de cómo iba a ser este disco, en parte porque es resultado de dos años de composición y los temas son muy distintos entre sí. Soy bastante exigente, pero intento que esa exigencia no me frustre, sino que sirva para hacer las cosas cada vez mejor.
¿Qué influencias musicales estabas convencido de que se iban a poder entrever en tu trabajo, porque las has mamado desde bien temprano?
Creo que este trabajo puede recordar a muchas cosas porque es en cierta medida el resultado de un proceso de aprendizaje musical bastante largo, durante el cual he escuchado mucha música, y es inevitable que eso se vea reflejado en el álbum… Para mí, la huella de Johnny Cash y de Jeff Buckley es quizá la más evidente, pero hay gente que me ha dicho que hay temas que les recuerdan a artistas tan distintos como Nick Drake, Mark Lanegan o Antony & The Johnsons.