Después de este descanso nos espeta una canción como Shake It, todo un remolino de agresividad y de rabia, con la percusión a tope y con esa cualidad casi tangible de espesidad y ruido. Su voz se deforma en unos registros sorprendentes, con alucinantes modulaciones y gritos. De la incredulidad y el rechazo pasamos a una extraña comprensión cómplice. Los fundamentos del disco ya están expuestos y a partir de ahí sólo queda el desarrollo a través de distintas líneas musicales. En canciones como Don’t Go Into That Barn, Baby Gonna Leave Me o Clang Boom Steam el ritmo musical al completo es sostenido por la voz aullando de fondo. Y esta es básicamente la idea sobre la que navega el disco; cómo la voz humana puede en último instancia ser llevada al límite y tener la consistencia de un instrumento. Una idea no original de Waits pero que sabe reciclar como nadie en esa peculiar combinación de todo tipo de géneros que consigue en este trabajo. Y como siempre ha sido habitual en él, también hay lugar para crear canciones de una enorme belleza lírica, como son Dead and Lovely o las maravillosas Trampled rose y Day After tomorrow. Las letras poseen un lenguaje extremadamente rico, incluso para lo que nos tiene acostumbrados. Están pobladas de situaciones reales, de personajes extraños, de todo aquello que ha conformado y conforma su único y particular universo.
No cabe duda que Waits acaba de crear algo realmente personal y nuevo. Quizás aporte luz el significado del título: “real gone”, nombre que se le da en el mundo de la música al instrumentista o cantante que se pasa de rosca, se pierde en la composición, se sumerge en ella sólo para encontrarse más tarde. Él ha puesto mucho de sí mismo en este álbum, como un auténtico “real gone”. Que sostengan el ritmo sus experimentos vocales con una grabadora en el baño de su casa así como la activa participación de su hijo en el proyecto dice mucho al respecto. Difícil de digerir, es un disco que se presta a ser escuchado muchas veces, beneficiándose con cada nueva escucha. No todo el mundo estará dispuesto a realizar ese esfuerzo; quizás les parezca simple ruido. Aquellos que lo intenten verán recompensados sus esfuerzos. Sí, tal vez ruido. Pero bendito ruido.