El tercer disco de estos madrileños, "La deriva", no es una obra conceptual, pero sí que nos lleva por distintos aspectos del paisaje después de la batalla: lo que sucede tras un naufragio que te deja a merced de las corrientes, pendiente de saber si tu destino será aciago o esperanzador. El guitarrista y letrista Juanma Latorre se puso al teléfono para responder amablemente nuestras preguntas referentes a los Vetusta Morla de 2014... y por qué no, también a los de 1998.
Vetusta Morla, fotografías de Jerónimo Álvarez.
¿Cómo habéis articulado el álbum en torno a ese concento de deriva?
Es una idea que surgió en una fase bastante temprana del disco, y que nos ha ayudado a guiarlo un poco. No es un disco conceptual, pero sí que tenemos esa idea central de retratar esa idea de deriva como rumbo desconocido al que uno se ve sometido, por fuerzas que no controla, después de que haya habido un naufragio y de que el rumbo natural de los acontecimientos se haya torcido. Encontrarte de repente con esas fuerzas que no controlas y que te llevan por ese rumbo puede suscitar muchas emociones que pueden reflejarse en un disco. Puedes tener miedo al no seguir el rumbo que tú esperabas, o puedes tener esperanza de que la nueva corriente te lleve por un rumbo mejor. Esta deriva puede aplicarse a muchos aspectos: tanto sociales, personales o emocionales, y nos pareció muy interesante explorar ese término. También es un término que ha conseguido ponernos de acuerdo a los seis miembros del grupo, algo que no siempre es fácil, para tener un objetivo común.
Además, el concepto de deriva resulta muy adecuado en el contexto social actual: tras una gran crisis llega esta deriva que nos guía hacia un nuevo destino desconocido, tal vez la recuperación...
Sí, espero que esto suponga que vamos camino de la recuperación. El disco habla de que vamos hacia alguna parte, que ojalá sea la recuperación. Es lo que deseamos todos.
Respecto a vuestros trabajos anteriores, ¿qué diferencias encontramos en la composición y la grabación de este disco?
La principal diferencia ha sido la urgencia con la que hemos encarado el proceso. Hasta ahora confiábamos en la reflexión y en nuestra capacidad para madurar las canciones, trabajarlas entre los seis y darles muchas vueltas, cocerlas a fuego lento... En esta ocasión hemos tenido que salir de esa zona de confort y hemos confiado más en la intuición que en la reflexión. Es algo que se nota por ejemplo en el sonido, ya que cuando dedicas menos tiempo a trabajarlo tienes que sonar distinto, más directo. También nos hemos fijado más en el sonido concreto de las guitarras y la batería que en la creación de atmósferas.
Se ha hablado de que es vuestro disco más crudo y áspero, y choca que en las letras hayáis dejado a un lado las metáforas. Incluso os atrevéis a criticar cosas, ¡y a dejar espacio para el humor y la ironía!
Estamos de acuerdo con todo eso. Lo de la crudeza tomémoslo con prudencia, ya que no somos una banda de rock extremo (risas), sino que vamos evolucionando lentamente. Todos los cambios que experimentamos vienen dados por el hecho de ser seis personas en el grupo, y se mueven siempre dentro de unos límites razonables. Aunque tampoco es que haya desaparecido la metáfora ni nuestro interés por crear imágenes. No nos gusta contar las cosas de una manera muy obvia, y ahí está Golpe maestro para demostrar que podemos comunicar cosas sin dar demasiados detalles. Y la crítica no es tanto, sino manifestar cómo nos hacen sentir ciertos acontecimientos que vemos en las noticias. Pero es una perspectiva personal, no un análisis político ni un comentario social. Respecto al humor y la ironía, sí es cierto que nunca habían tenido espacio en nuestras letras, y ahora nos ha apetecido recurrir a ellos.
En el disco hay temas más directos y otros más intimistas. ¿Qué vertiente preferís?
Nos quedamos con el conjunto, obviamente. Aunque sea la respuesta que siempre se da, en el caso concreto de La deriva es muy cierto, y por lo que hemos percibido en las redes sociales el público siente lo mismo: si haces una estadística de las canciones favoritas de todo el mundo, la cosa queda equilibrada. Se trataba de retratar ese concepto de deriva desde puntos de vista muy diferentes, y eran necesarias esas distintas aproximaciones emocionales para completar el retrato general, la idea que teníamos.