Con la excusa del recopilatorio de las mejores canciones de su segunda época nos obsequiaron con Electrical Storm y supimos que algo había cambiado desde su All That You Can’t Leave Behind. Sí, teníamos It’s A Beautiful Day, pero añorá-bamos con acérrima esperanza aquella fuerza en las guitarras de canciones como The Fly, Where The Streets Have No Name, Desire o Mysterious Ways. Como bien aclara Bono en el documental en DVD que acompaña al disco, si The Edge se encuentra en un momento de piano será imposible conseguir alguna canción de rock para el grupo. No es éste el caso ahora y el resultado sonoro lo agradece enormemente.
How To Dismantle An Atomic Bomb no ofrece nada nuevo. No buscan la experimentación como hicieron con el impresionante Achtung Baby o el improvisado viaje de Zooropa y su continuación en el más sólido Pop. La muestra que nos ofrecen con su nuevo álbum se nos refleja en cada una de las facetas que a lo largo de su historia han ido creando su particular y a la vez sencilla forma de entender la música. El disco entero huele a U2, desde el rock salvaje de su primer single Vertigo que nos arrastra a los patrones de su primera época sazonados con una visión post Joshua Tree hasta la oscuridad pseudo electrónica y lírica de Love And Peace Or Else, con sus guitarras aceradas y ese guiño cadencial a lo Personal Jesus de Depeche Mode.
The Edge juega con la guitarra como siempre. La contundencia rockera en el solo de All Because of You o su manera de acariciar las notas en Yahweh -tal como hizo en Where The Streets Have No Name-, no son sino pequeños fragmentos de su excéntrico estilo, incluso cuando se transporta al formato acústico (Fast Cars, el corte bonus de la edición especial, con aromas mediterráneos y orientales y una fantástica percusión o A Man and A Woman, preciosa, con algunas referencias al Achtung). En Original of The Species vuelven a su tiempo medio clásico de una manera más que inteligente y One Step Closer es una continuación de aquello que empezaron con The First Time en el Zooropa. Sometimes You Can’t Make It On Your Own nos habla del difunto padre de Bono -una de las canciones más emocionantes del álbum-, y experimenta con un acertado cambio de ritmo y melodía en una nueva forma de estructurar las canciones. City of Blinding Lights es otra buena muestra de ello, con un estribillo sobresaliente y una dinámica guitarrera que nos remonta a ciertas sonoridades del Joshua Tree.
Un disco un tanto difícil de acoger en un principio (Vertigo es la excepción, siendo la canción más directa), y que va creciendo escucha a escucha dejándonos sentir la verdadera síntesis de lo que U2 es, ha sido, y esperemos siga siendo.