Le Punk

FD: Sacasteis hace poco un E.P, Dos Puñaladas a Gardel y Otros Tres Delitos, después de vuestro 1r disco La Logia de la Canalla. ¿Cómo músicos de procedencia diferente como vosotros os unís para hacer una música en principio totalmente distinta a la que hacíais con anterioridad?

A: La verdad es que una cosa muy importante es que todos somos del mismo barrio. Estábamos en bandas distintas y salíamos por los mismos sitios. Ya habíamos tocado juntos en otras ocasiones haciendo algún homenaje (a los Rolling Stones, por ejemplo), y habíamos tenido así la oportunidad de ir conociéndonos. Algunos teníamos más confianza, como yo y el batería, que compartíamos piso juntos. Y poco a poco fue surgiendo algo diferente; empezamos a hablar de la música de otra manera. Comenzamos todos a tocar rock and roll muy jovencitos, a los quince años; y llega un momento, cuando has tocado ya nueve mil veces Sticky Fingers de los Rolling, en que ya no es lo mismo que antes. Empezamos a buscar cosas nuevas y a tratar de amoldarlas a nuestra manera de ver la música. Siempre hemos sido músicos de rock así que todo lo vemos a través de ese punto de vista, aunque tratamos de aprender, ligar nuevas sensibilidades. Yo ya estaba un poco cansado de la tiranía cultural anglosajona; vivimos muy a rebufo de ese rollo y la verdad es que hay músicas interesantes en todos lados. Sólo tienes que echar un vistazo para darte cuenta de ello.

FD: En vuestro primer álbum se aprecia mucho más la fusión a lo largo de todo el disco: retazos de tango, de rock, música centroeuropea... En cambio, en Dos Puñaladas a Gardel... parece que queráis convertiros en los nuevos Malevaje pasándoos completamente al tango. ¿A qué se debe este cambio?

A: Bueno, Dos Puñaladas a Gardel... lo hicimos sobretodo porque estábamos trabajando en el local las canciones para el siguiente disco y nos apetecía meternos en un estudio y grabar algunas. Cogimos dos canciones de Gardel y las versionamos y luego metimos otras tres para poder sacarlo todo de una manera más o menos presentable. Yo creo que ha sido más un disco táctico. Como artista es un poco contraproducente decirlo pero hay veces que tienes que hacer cosas para mantener una dinámica de trabajo. Teníamos a gente entrando y saliendo del grupo y pensamos que era bueno para nosotros. Pero sale sólo como una curiosidad. El trabajo que estamos haciendo para el próximo álbum no va para nada por ahí. Ahora nos estamos dejando influenciar más por todo tipo de cosas y cada vez el tango tiene menos presencia. Si de alguna manera en su época nos alucinó por cómo trataban las cosas y por ser la primera vez que le entrábamos a esa manera de hacer música, con un montón de nuevas sensaciones, ahora mismo estamos con canciones con más influencia europea, desde los Balcanes hasta Francia.

FD: Vuestro primer disco sonaba en muchas ocasiones a Goran Bregovic...

A: Sí, nosotros pillábamos impresiones visuales de las melodías que él hace, que nos parecen tan exóticas porque no las manejamos habitualmente y que nos transportan a un sitio y a una forma concreta de ver la música. El tango nos impresiona también mucho para desarrollar un discurso lírico; las letras de los tangos tienen mucha fuerza. Pero tampoco te planteas nunca que vas a hacer este disco así y el siguiente de la otra forma. Simplemente te dejas llevar, y en el momento en el que estamos ahora yo creo que hay que dar un paso más adelante. Tampoco te puedes tirar toda la vida haciendo tangos.

FD: ¿Qué método seguís a la hora de componer?

A: Nosotros entendemos por canción cuando alguien se presenta en el local de ensayo con algo que puede defender con el instrumento; ya sea con la guitarra, con el piano o simplemente dando palmas y cantando. Entonces es cuando vemos que la canción tiene algo y a partir de ahí empezamos a trabajarla. Cuando tenemos muchos instrumentos como el saxofón o el piano, que son también instrumentos solistas como la guitarra, entonces el proceso es un poco más lento porque hay que ir probando muchas más cosas. Normalmente salen las cosas bastante rápidas porque buscamos no estar mucho tiempo dándole vueltas a un arreglo. Buscamos que tenga frescura, que no sea demasiado retorcido musicalmente; más directo y con un planteamiento más bien popular.