Procedentes de las cenizas de Buenas Noches Rose, así como de otras bandas como Perros de Paja o Pereza, Le Punk nos sorprendieron con un primer disco redondo, La Logia de la Canalla. Ahora, mientras preparan lo que será su segundo álbum y giran por toda la península, nos obsequian con una rareza de entremés, Dos Puñaladas a Gardel y Otros Tres Delitos, una apología del tango donde versionean a Gardel a la par que se apropian de su estilo. Hablamos con Alfa (Alfredo García), guitarra y voz de esta banda madrileña.
FD: ¿Qué fuentes musicales os han influenciado? ¿Qué música soléis escuchar en privado?
A: Yo cada vez soy más influenciable. Cuando era más jovencito pensaba que era el rey del rock and roll, que lo había inventado yo; y a medida que pasa el tiempo voy escuchando cosas nuevas y me dejo influenciar más. Por todo, por los clásicos y por las últimas canciones de cualquier grupo que escucho y me interesan. En ese momento me siento como una esponja, absorbiendo un poco de todo lo que la gente hace.
En la intimidad, por ejemplo, este año pasado he escuchado mucho a Gardel y creo que se ha notado bastante. También las cosas que todo el mundo te dice que tienes que escuchar. Por ejemplo Elvis Presley, un tipo con el que yo tenía una mala relación. Me parecía un personaje detestable por lo que representaba: una personalidad siniestra, el rey del rock de los blancos que toca música de negros pero ha de ser un blanquito guapo para que luego se puedan hacer películas de él con el ejército y todo eso. Me daba un poco de asco, la verdad. Y ahora he escuchado sus discos, sobretodo los primeros y me ha dado cuenta que el tío tenía algo. Y además escuchas la música de una manera que no es tan libre porque ya no te dejas llevar. Te pones un disco y estás pendiente de una cosa y de otra. Ahora escucho ese tipo de música que estás obligado a escuchar: Gardel, Elvis, los Beatles, los Rolling Stones, Kusturica... me está empezando a gustar mucho el jazz también, ahora que estoy empezando a tocar el piano. Pero todo depende. A mí me gusta, por ejemplo, salir de juerga y llegar a un garito y encontrarme a los Offspring o a Sociedad Alkohólika. Tenemos el mensaje estético de la música: cómo suenan las guitarras, los acordes de quintas que utilizo porque me gustan, lo macarra que soy... todo este tipo de cosas; pero detrás de todo eso suele haber algo que es muy similar en todos los estilos, y lo que está bien es buscar a través de cualquier propuesta estética que sea Muse o los Dictators o Elvis Presley, que evidentemente están alejados unos de otros pero siguen teniendo algo en común. No sé si podríamos llamarlo la motivación o algo más que no llegamos a entender.
FD: ¿Cómo suena Le Punk en directo?
A: Ahora estamos mucho mejor que en los primeros discos. Aparte de que el cambio de músicos ha sido para bien, repercutiendo bastante en el nivel, hemos estado tocando muchísimo, y con la preparación de los temas para el segundo disco estamos ensayando del orden de cuatro horas al día de lunes a jueves. Luego el viernes salimos a tocar y volvemos el domingo. Y ese es el único truco que hay: tocar, tocar y tocar.
Ahora estamos preparando el disco y estamos muy centrados en ese rollo, llevando un poco la existencia al límite, porque no se vive muy bien de esto, aunque estamos dando un salto cuantitativo hacia delante muy grande. En los directos te ayuda mucho que venga gente que te conozca, que esté familiarizada con las canciones. Es mucho más fácil así. La energía que se crea en el directo es mucho más fluida. No es lo mismo que plantarte delante de cincuenta tipos que te miran a ver quién eres y tratar de convencerlos.