Parece ser que la discográfica no os apoyó demasiado, pero luego llegó la publicidad y el bombazo de “Supersexy Girl”. ¿Sólo se puede conseguir cierto éxito comercial gracias a la televisión, ya sea con Operación Triunfo o poniendo la banda sonora a anuncios?
MS: Eso parece. Es una simple cuestión de que normalmente triunfa lo que tiene exposición en los medios. Como en los medios no hay mucho tiempo para la música, ésta se conoce a través de espacios que no están dedicados especialmente para ella. La música se cuela por donde puede.
LL: Son fenómenos que existen paralelamente al nacimiento de un grupo, pero pueden llegar a influir mucho en su desarrollo. Para nosotros significó pasar de ser conocidos sólo en Cataluña como una formación de versiones a ser conocidos en todo el Estado como una banda de música setentera con composiciones propias. Fue muy positivo. Además, entramos en contacto con realidades en las que nunca habíamos pensado que estaríamos, como programas tipo Ana Rosa Quintana, galas de televisión, etc. Estábamos en sitios indignos haciendo música digna, aportando un poco de calidad.

La gira os llevó a hacer más de cien conciertos, ¿de dónde sacasteis tiempo para componer todos los temas del disco siguiente, “Sweet Movimiento”?
MS: Horas y horas de autocar. Con el tiempo parece que incluso fue fácil hacerlo.

Este trabajo significó un primer acercamiento a otros sonidos, ¿no es así?
LL: Lo intentábamos. Recuerdo discusiones en el autocar sobre cómo modernizar el sonido para no quedarse estancados. Al final, los productores y los propios temas que hacíamos sugirieron un trabajo más setentero y no tan moderno.
MS: “Sweet Movimiento” intentó ser una apertura, pero, en realidad, quedó un disco igual de retro o incluso más. El tratamiento de sonido y el trabajo de mezclas fue mucho más setentero. Quedó un disco muy bonito y muy preciosista, pero, en su mayoría, muy poco moderno.

Pero ahora, con “Click” sí que lo habéis conseguido. ¿Cómo definiríais este álbum?
LL: Yo creo que son los temas, la manera de componer. Antes se componía a la manera clásica, con un piano o una guitarra y cantando la melodía encima. La mejor manera para romper con este tipo de ambiente era componer de otra manera, dejar la guitarra y utilizar el ordenador. Jugando salieron temas que no se parecían en nada a lo que normalmente se espera de la Fundación. Al final, teníamos unos temas muy buenos y la pregunta era si el grupo sería capaz de interpretarlos. Lo bonito de esta banda es la posibilidad de abrirse a otros estilos y jugar con los formatos. Trasladar las estructuras de música más electrónica a la banda fue el secreto del disco.