Formados en 1989 de los restos de Terraplane, los británicos Thunder están dispuestos a recuperar posiciones en la actualidad después de un tiempo de oscuridad y declive a nivel de composición.
Una invitación especial para participar en el Monsters Of Rock de Gran Bretaña les devolvió la ilusión. En 2003 editaron Shooting At The Sun, albúm con el que recuperaron parte de su prestigio perdido.
Ahora, nos presentan The Magnificent Seventh, un trabajo en el que recuperan su capacidad para registrar atractivas composiciones cuya base sigue siendo la misma del inicio de su carrera, los grupos del rock británico de los 70.
La puesta al día la consiguen con una aguda dosis de ingenio, además el talento acumulado con la experiencia, y ratifica el retorno del grupo a la dimensión creativa que lo catapultó hacia el éxito.
Luke Morley, que ha realizado las tareas de producción, está brillante con las seis cuerdas. Vuelven las guitarras con garra y su punto de distorsión, las melodías con gancho, los ritmos dinámicos y alguna apacible balada aunque, en general, el álbum apunta más hacia los momentos enérgicos con mucha actividad rítmica.
El inicio, con I Love You More Than Rock’n’Roll, no puede ser más representativo del contenido del álbum, con un vibrante punteo de guitarra que deriva hacia un riff vigoroso para continuar con cortes de ritmo alternativos y el apoyo de un coro que encaja perfectamente en el contexto junto a la curtida voz de Danny Bowes.
El excelente estado creativo de la banda sigue aflorando en cortes como, The Gods Of Love, que incluye intrincados solos de guitarra arropados por un rítmico riff parecido al [Enter Sadman de Metallica, aunque la estructura del tema es totalmente diferente, con buen manejo de las pausas y unas brillantes dobles guitarras. Por otra parte, Monkey See, Monkey Do, nos introduce en una atmósfera rítmica al estilo de Led Zeppelin, al igual que The Pride, aunque aquí el ritmo zepeliniano se mezcla con unas guitarras que recuerdan a AC/DC; al igual que el punteo inicial de Fade Into The Sun, que incluye un ritmo cadencioso, el interesante apoyo del bajo, pausas estratégicas y una parte final con desmadre guitarrero. La influencia de los australianos también está representada en You Can’t Keep A Good Man Down, un tema dinámico, con ingeniosa fusión entre los ritmos y los solos de guitarras.
A pesar de las influencias mencionadas, The Magnificent Seventh cuenta, sobre todo, con el genuino sello con el que Thunder encontró su propia personalidad como banda. Lo ratifican temas como Amy's On The Run y One Foot In The Grave, donde las armonías, los riffs con garra y los estribillos contagiosos confluyen formando una espiral rítmica contundente; el último de ellos, además, con unas pinceladas de rock sureño que confirma su versatilidad.
Los momentos más tranquilos, los aportan Together Apart, un medio tiempo de estructura compleja en clave de balada, con una guitarra con mucho feeling y un final candente, y I'm Dreaming Again, una balada con ritmo creciente.
Un trabajo audaz, equilibrado, ejecutado con aplomo y maestría, con el que deben recuperar el camino del éxito y el reconocimiento que se merecen.