Jairo Perera, artífice del proyecto Muchachito Bombo Infierno, podría amenizar perfectamente la versión moderna de aquel bar de puerto donde Concha Piquer encontró a un hombre con el brazo tatuado. La suya es una voz castigada a base de salidas nocturnas y llegadas cuando la mañana ya avanza, con un estilo particular que ha cultivado en diferentes bandas (La Banda del Desfiladero, Los Tronchos o Trimelón de Naranjus) y, durante los últimos años, tocando en solitario en locales nocturnos. Hace música de barrio, el de Singuerlín (Santa Coloma de Gramenet, Barcelona), donde el rock emparenta con la rumba catalana y las Big Bands de swing también se atreven con el reggae. Una cocktail que ya ha sido bautizado: es el “rumboxing”.
Pero no hay fiesta sin buena compañía. Por ese motivo, Muchachito se ha rodeado de buenos amigos y excelentes músicos: El Lere (bajo), Héctor Bellino (batería), Josué “El Ciclón” García (trompeta) y El Tito Carlos (piano). Todos ellos disfrutan junto a la impresionante sección de vientos de La Gigoleto Brass, y colaboraciones de David Bourguignon (Radio Bemba), Joan Garriga (Dusminguet), Xavi Turull y Marina La Canillas (Ojos de Brujo), entre otros.
Empezar con un trío de canciones trepidantes como “El compadre”, “Me tienes frito” y “Será mejor”, el demoledor single de presentación de inspiración funky, deja al oyente con la lengua fuera. Por eso, nada mejor que tomar aire con los ritmos cercanos al reggae que destilan “Luna” y “Sin vigilancia”.
Recuperar el aliento es fundamental para encarar la fusión cubana y flamenca de “Eima” y la rumba funk en “Más que breve”. Kiko Veneno presta su “Si tú si yo, si, no” para que Jairo pase cuentas con las horas de televisión consumidas gracias a “La bola de cristal”.
Este espectáculo también tendría cabida en una feria, como demuestra “115”, donde personajes como “Paquito Tarantino”, Muchachito y sus colegas podrían disfrutar y hacernos bailar durante horas. Además, todo quedaría en el recuerdo gracias a los cuadros de Santos de Veracruz, un artista que acompaña a la banda en todos sus directos y que plasma la experiencia sobre un lienzo.