La primera vez que suena en tu reproductor de cedés Reality, segundo álbum de los mallorquines No Children, vienen a tu cabeza toda una serie de influencias y de bandas que a buen seguro se hallan entre la discografía acumulada a lo largo de los años por los integrantes de este cuarteto de hardcore melódico patrio. Sorprende además gratamente que estos chicos no parezcan españoles: su excelente uso del inglés y un sonido pulido hace que puedan pasar por el grupo de moda ahora mismo en las radios universitarias estadounidenses, sección rock contundente.
La segunda y tercera escuchas hacen que nos fijemos mejor en temazos como ese Everything turns red que parece una cruce entre Foo Fighters y Fugazi, o en el aire a los Metallica más movidos que se dan en Life is made to roll, la impresionante Mend the pieces o The place where I belong (nada que envidiar al vozarrón de James Hetfield, desde luego). También hay lugar para el punk rock de unos Bad Religion o de los mejores Offspring (en Freedom), la visceralidad melódica de Wilt (los antiguos China Drum) o los ya mentados Foo Fighters en Burning flags o Time to kill. Queda además espacio para unos ligeros toques ska en Bleeding into scars, o un atractivo tema oculto en clave acústica. Además, a mitad de minutaje surge Quién soy yo?, único intento del disco por trasladar el buen hacer de la banda a una letra en español, prueba que se salda con un sobresaliente y que deja con ganas de más (¿habrá disco entero en castellano en el futuro?). Parece mentira que una banda relativamente reciente en el panorama musical pueda escucharse de este modo, sin sentir vergüenza ajena en ningún momento y sabiendo que al menos en estudio podrían aguantar el tipo ante cualquier banda foránea mucho más experimentada que ellos.
A partir de la cuarta escucha del disco quedas tan atrapado por Reality que cuesta detener su reproducción, y el cuerpo le pide a uno mover los pies siguiendo el ritmo de las canciones y unirse a los gritos de Marcos, Dimas y Edy (y mencionemos también a Dani, el batería). En definitiva, estamos ante un disco imprescindible para los aficionados del género, para quienes supondrá una más que grata sorpresa.