La conmemoración, el pasado martes 21 de junio, del Día de la Música fue celebrado simultáneamente en centenares de localidades de todo el mundo. Intérpretes de casi todos los estilos musicales inundaron las calles de las ciudades para ofrecer su arte a quien quisiera escucharles.
Sin embargo, entre tantos conciertos y actuaciones, también hubo tiempo para la reivindicación. Fue el caso de la ciudad de Barcelona, donde la Unión de Músicos de Cataluña, que reúne a más de 4.000 asociados, había convocado una manifestación para denunciar lo que consideran precariedad de este sector profesional.
Artistas como Max Sunyer, Llibert Fortuny, Chano Domínguez, Tony Ronald o Miqui Puig interpretaron la marcha fúnebre de Chopin, vestidos de negro, ante una pancarta con el lema "La música en viu, en perill" (La música en vivo, en peligro).
El manifiesto hecho público por esta asociación considera que, actualmente, la música en directo vive un momento precario, aunque se ha convertido en la gran fuente de ingresos para los profesionales. Asimismo, denuncian que la normativa española impide que bares y restaurantes puedan ser espacios para ofrecer conciertos. La federación también ha demandado que se incremente la enseñanza de la música, que los anuncios de las salas de música en directo que aparecen en prensa sean gratuitos y que se limite la presencia del playback en televisión.