Hace menos de un año Micah P. Hinson se convirtió en un pequeño gran fenómeno entre la crítica mundial, situándose a la cabeza de ese nuevo folk de raíces americanas que parece imperar en las tendencias musicales del nuevo siglo. Con una emotividad musical más cercana a la sensibilidad de Iron & Wine que a la locura psicodélica de Devendra Banhart, Hinson llegó precedido por una singular leyenda: con poco más de 20 años, se supone que la vida tormentosa de este chico culminó con una visita a la cárcel. Perfecto reclamo para una industria musical ávida de carnaza y vidas complicadas. Sea como sea, su Micah P. Hinson & The Gospel of Progress se convirtió en uno de los albums más aclamados a principios de año, por lo que no es de extrañar que unos seis meses después nos llegue un EP de 8 canciones que, debido a su extensión, bien podría considerarse un mini-LP.
The baby & The Satellite calma los ánimos después de la desigual actuación de Hinson en el Primavera Sound 2005. En aquel directo, el joven americano hizo dudar si la frágil sensibilidad de su anterior álbum había sido cierta o casual fruto de la providencia divina. Su actuación se desarrolló en unas turbulentas aguas donde los preciosistas matices de sus canciones se vieron suplantados por una inexplicable agresividad rock coronada por una voz más cercana al nu-metal que a esos susurros, velados e íntimos, a los que nos acostumbró en su primer largo. Sin embargo, este The baby & The Satellite deja claro que sus albums de estudio seguirán en la misma dirección que su Micah P. Hinson & The Gospel of Progress: música en la que la belleza emana de instrumentos tradicionales del folk suereño americano, siempre erigiéndose sobre una transparente base de delicada guitarra. Canciones arrebatadoramente íntimas con abruptos cambios de ritmos que pueden llevar del amago lacrimógeno a explosiones de vitalidad en unos segundos.
En total son 8 nuevas canciones, ordenadas de tal forma que la última es un “(reprise)” de la primera. De esta forma, The dreams you left behind y su respuesta encorsetan la totalidad del trabajo con una melodía melancólica en el que se puede percibir perfectamente cómo la guitarra se desangra en pura tristeza. El resto de canciones no se quedan atrás. The leading guy, por ejemplo, demuestra que Hinson puede integrar los gritos roqueros de su directo sin perder un ápice de seriedad, ayudando a crear una atmósfera de desgarro y dolor crepuscular. The day the volume won destaca por ser un dulce eco musical en el que, finalmente, acaba venciendo el ruido, el volumen al que hace refrencia el título. Una vez terminadas las 8 canciones, Micah P. Hinson nos regala una novena pista de 30 minutos en la que se puede escuchar, sin cortes, todo el álbum de forma mucho más básica: son grabaciones de estudio, sin post-producción. Pero precisamente por eso desprenden un interesante aire de producto a medio acabar que acaba por resultar más que agradable.
Si alguien todavía no se ha sumergido en el turbador universo de Micah P. Hinson, este The Baby & The Satellite puede ser un trabajo perfecto por el que empezar. No hay duda de que, tras su escucha, es inevitable querer empaparse más, desear echar la vista atrás y descubrir el magnífico Micah P. Hinson & The Gospel of Progress. Sin embargo, es necesario hacer una advertencia: si alguien queda atrapado en la red de Hinson y necesita comprar este mini-LP, mejor será que se apresure, puesto que se ha editado en una tirada limitada y numerada de sólo 5000 ejemplares.